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Hamilton, profeta en su tierra
El británico, con McLaren, ganó sin atenuantes en el Gran Premio de Gran Bretaña, disputado en Silverstone bajo una lluvia incesante, de la que salió airoso y triunfante
6 de julio de 2008
Hamilton sacó ventaja de una agresiva arrancada bajo la lluvia, que lo llevó del cuarto puesto al primero en las primeras diez vueltas, y luego consolidó su triunfo sacando mejor provecho de las cambiantes condiciones climáticas y las entradas a los pits.
Ahora el británico aparece en la punta del campeonato emparejado con el finlandés Kimi Raikkonen y el brasileño Felipe Massa, ambos de Ferrari, quienes terminaron la prueba en cuarto y decimotercer lugar, respectivamente.
El BMW del alemán Nick Heidfeld entró en segundo puesto, seguido del Honda del veterano brasileño Rubens Barrichello.
Momento clave
Bajo presión luego de dos carreras sin conseguir puntos, Hamilton respondió a sus críticos con lo que posiblemente fue la mejor actuación de su breve carrera.
Tras adelantarse a su compañero de equipo, Heikki Kovalainen, en la quinta vuelta, el eventual ganador supo contener el ataque de Raikkonen.
El momento clave llegó en la vuelta 21, cuando ambos entraron a pits para su primera parada.
McLaren cambió los neumáticos de Hamilton mientras que Ferrari apostó a que la lluvia dejaría de caer y decidió dejar los originales de Raikkonen.
En la salida Hamilton consiguió mantener su leve ventaja. Instantes después la lluvia regresó y Raikkonen comenzó a perder tracción.
El momento fue aprovechado al máximo por Hamilton. Para la vuelta 26 ya había sacado 21,8 segundos de ventaja sobre el actual campeón mundial, que se vio obligado a ceder su segundo puesto.
Cuando faltaban diez vueltas, la ventaja de Hamilton en la punta ya pasaba del minuto.
Por su parte Raikkonen, quien se salió dos veces de la pista, tuvo que luchar duro en el cierre de la prueba superando en una emocionante batalla al español Fernando Alonso, de Renault, para entrar en cuarto puesto
Alonso también sucumbió ante el acecho de Kovailainen y tuvo que conformarse finalmente con el sexto puesto.
El brasileño Massa tuvo su peor actuación de la temporada, patinando cinco veces y terminando en último lugar entre los pilotos que concluyeron la carrera.