Al vía libre para transitar por Sudamérica sin pasaporte, se le opone una de la medidas que están levantando más polémica por estas horas: el Gobierno italiano está evaluando la posibilidad de exigir el idioma local a quienes pidan la visa para entrar al país europeo.

Eso adelantó el subsecretario de Relaciones Exteriores italiano, Alfredo Mántica, quien rveló que se estudia modificar en sentido restrictivo la ley de acceso a la ciudadanía por parte de descendientes directos de italianos.

En este sentido, dijo que está previsto que 25 funcionarios de la Farnesina (el ministerio de Relaciones Exteriores de Italia), viajen a Sudamérica. Diecinueve están en faso de traslado a los consulados de Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela.

De la necesidad de restringir en el futuro la ley de ciudadanía, tal vez hasta los nietos, se hablaba hace tiempo en Italia, aún durante el gobierno de centroizquierda de Romano Prodi. "Es cierto. No se quiere afectar los derechos de ningún descendiente directo de italianos, pero la ciudadanía debe ser mucho más que un banal reconocimiento. También debe haber valores que no sean un simple acto administrativo", reconoció el funcionario el diario Clarín, un día antes de su llegada a Argentina para tratar este temas, entre otros.

Mántica dijo que la gran mayoría de italianos en el exterior y sus descendientes mantienen alto el sentido de pertenencia con la madre patria. Pero que el pedido de ciudadanía debería ser completado con "cursos de formación, tanto en el aprendizaje de la lengua como de la Constitución italiana y los principios fundamentales de nuestra democracia".

Las críticas en ese sentido se refieren a un uso puramente instrumental de la ciudadanía, con miles de jóvenes que piden ser italianos para radicarse en España como comunitarios de la Unión Europea, o entrar a los Estados Unidos sin pedir la visa. Casi ninguno de ellos sabe hablar el italiano y tiene una muy vaga idea de la historia y la actualidad de Italia. Otro tema difícil es el de la asistencia.

Mántica afrontará la cuestión en las reuniones de este martes. De los 34 millones destinados a los italianos en el exterior,los cortes presupuestarios del balance 2008 del Estado han reducido la cifra a la mitad.