En un final electrizante y dejando de lado cualquier calificación de "amistoso", Argentina derrotó con lo justo al poderoso equipo lituano, en una estupenda actuación del santafecino Carlos Delfino, por 88-87, sobre los últimos segundos.

En su primer prueba de fuego, la Argentina demostró que mantiene su alto nivel y que está para pelear cosas grandes, al superar a las torres lituanas y alcanzar la final del cuadrangular "Copa Ciudad de Madrid", escala de preparación para el Mundial de Japón.

El entrenador Sergio Hernández probó variantes, pero sin dudas Delfino tuvo su gran jornada y marcó más de 20 puntos. Ginóbili jugó poco, aunque lo que mostró fue de una calidad superlativa, propia de una estrella NBA.

Una extraordinaria tarea en defensa y gran velocidad en los contragolpes, fueron las claves de la Argentina para dar vuelta un partido que lo puso abajo en el marcador durante mucho tiempo y en el que llegó a estar 11 puntos detrás de los europeos.

Para la "Generación Dorada", ya sin la excitación de mostrarse eficaz ante el público argentino, empezó la parte más seria de la preparación, nada menos que ante un adversario de primer nivel.

Con este triunfo el corto historial entre ambas selecciones, quedó igualado ya que tienen dos victorias por lado: el último enfrentamiento que habían mantenido fue en la Copa Stankovic, jugada en China 2005, donde los europeos ganaron 83-77 y fueron campeones.