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Kirchner dijo que necesita los superpoderes para gobernar
"Estoy necesitando estos instrumentos pero me tratan de trabar, de cortar", se quejó el presidente. El Congreso espera aprobarlos esta tarde
2 de agosto de 2006
Pocas horas antes de que la Cámara de Diputados intente convertir en ley los superpoderes, el presidente Néstor Kirchner volvió a defender la polémica iniciativa y a embestir contra quienes "lo atacan".
"Yo estoy necesitando estos instrumentos, pero me tratan de trabar, de cortar. El apoyo del Congreso y de ustedes es fundamental para lograr la conducción y la administración del Estado", dijo en alusión a los superpoderes durante un acto que encabezó en la ciudad santafesina de Rosario.
Enseguida, justificó la necesidad de las facultades para modificar el presupuesto en función de su política de obra pública. Dijo que le permitirán al Poder Ejecutivo contar con "los instrumentos para llevar a la Argentina adelante, y avanzar con rapidez y cristalinidad" en las obras proyectadas.
"Esta ley, que algunos pícaros llaman superpoderes, la tienen todos los gobiernos provinciales y está bien que la tengan", completó.
Los cambios a la ley de administración financiera, que ya tienen media sanción del Senado, prevén convertir la delegación de facultades en el jefe de Gabinete para modificar el presupuesto en una atribución permanente y sin control parlamentario, dos puntos que provocan el rechazo unánime de la oposición.
En otro tramo de su discurso, el Presidente volvió a embestir, aunque sin dar nombres, a quienes critican su gestión, tal como lo había hecho ayer cuando pidio que la dirigencia política no se "encierre en sí misma".
"Hay una dirigencia que todos los días se levanta para ver cómo puede salir en un micrófono para ser una máquina de impedir", disparó. En medio de aplausos continuó con uno desafío: "No me importa que me ataquen ni que me agravien, yo les pongo el pecho. Sigan atacándome, que total lo que a mi me importa es la Argentina y no mi persona", lanzó.
La réplica a los cuestionamientos continuó poco después cuando en medio de una invitación a "trabajar con fuerza y de acuerdo a las convicciones", instó a responder "a cada agresión con amor".
En el mensaje de Kirchner hubo además espacio para dos referencias ya clásicas de casi todas sus apariciones públicas: la reivindicación de su condición de "pingüino patagónico" y la idea del infierno.
"Estoy haciendo todo lo que puedo, y aunque algunos me lo digan como algo negativo, soy un pingüino, pero uno con fuerza y ganas", destacó levantando los brazos.
Tras asegurar que su Gobierno "le ganó la batalla" a "la pobreza, la desocupación y la indigencia", llegó la imagen del infierno. "Todavía estamos luchando para salir del infierno. Pero para el fin de mi mandato espero poder decirles que estamos en las puertas del purgatorio", insistió.
En el acto, estuvieron el gobernador de Santa Fe, Jorge Obeid, y el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz.
El complejo de viviendas, inaugurado en el nuevo barrio El Eucaliptal, demandó una inversión de 11.500.000 pesos y fue fianciado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
"Yo estoy necesitando estos instrumentos, pero me tratan de trabar, de cortar. El apoyo del Congreso y de ustedes es fundamental para lograr la conducción y la administración del Estado", dijo en alusión a los superpoderes durante un acto que encabezó en la ciudad santafesina de Rosario.
Enseguida, justificó la necesidad de las facultades para modificar el presupuesto en función de su política de obra pública. Dijo que le permitirán al Poder Ejecutivo contar con "los instrumentos para llevar a la Argentina adelante, y avanzar con rapidez y cristalinidad" en las obras proyectadas.
"Esta ley, que algunos pícaros llaman superpoderes, la tienen todos los gobiernos provinciales y está bien que la tengan", completó.
Los cambios a la ley de administración financiera, que ya tienen media sanción del Senado, prevén convertir la delegación de facultades en el jefe de Gabinete para modificar el presupuesto en una atribución permanente y sin control parlamentario, dos puntos que provocan el rechazo unánime de la oposición.
En otro tramo de su discurso, el Presidente volvió a embestir, aunque sin dar nombres, a quienes critican su gestión, tal como lo había hecho ayer cuando pidio que la dirigencia política no se "encierre en sí misma".
"Hay una dirigencia que todos los días se levanta para ver cómo puede salir en un micrófono para ser una máquina de impedir", disparó. En medio de aplausos continuó con uno desafío: "No me importa que me ataquen ni que me agravien, yo les pongo el pecho. Sigan atacándome, que total lo que a mi me importa es la Argentina y no mi persona", lanzó.
La réplica a los cuestionamientos continuó poco después cuando en medio de una invitación a "trabajar con fuerza y de acuerdo a las convicciones", instó a responder "a cada agresión con amor".
En el mensaje de Kirchner hubo además espacio para dos referencias ya clásicas de casi todas sus apariciones públicas: la reivindicación de su condición de "pingüino patagónico" y la idea del infierno.
"Estoy haciendo todo lo que puedo, y aunque algunos me lo digan como algo negativo, soy un pingüino, pero uno con fuerza y ganas", destacó levantando los brazos.
Tras asegurar que su Gobierno "le ganó la batalla" a "la pobreza, la desocupación y la indigencia", llegó la imagen del infierno. "Todavía estamos luchando para salir del infierno. Pero para el fin de mi mandato espero poder decirles que estamos en las puertas del purgatorio", insistió.
En el acto, estuvieron el gobernador de Santa Fe, Jorge Obeid, y el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz.
El complejo de viviendas, inaugurado en el nuevo barrio El Eucaliptal, demandó una inversión de 11.500.000 pesos y fue fianciado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).