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El día que Bilardo llegó a la selección nacional
El 12 de mayo de 1983 Carlos Bilardo llegó con sus obsesiones y sueños a la selección. Hizo historia: Fue Campeón mundial en 1986 y subcampeón en 1990
12 de mayo de 2008
Por Roberto Aguirre Blanco
Era un fútbol diferente.No existía ni el complejo de la AFA en Ezeiza, ni los auspiciantes millonarios y además para contar los periodistas que iban a los entrenamientos del seleccionado sobraban los dedos de una mano. En ese contexto tan poco mediático, hace un cuarto de siglo debutó como director técnico de la selección, Carlos Salvador Bilardo.
Obsesivo, trabajador, táctico: Con esas simples herramientas y un profundo conocimiento del juego, el hijo dilecto de Don Osvaldo Zubeldía en los tiempos de oro de Estudiantes de La Plata, cumplió un sueño: calzarse el buzo de DT de Argentina.
El “Narigón” tenía 45 años, venía de ser campeón Metropolitano como entrenador de los “pincharratas” en febrero de ese año, y ese título y un pragmatismo en su discurso que sedujo a Humberto Grondona le alcanzó para ganarle la pulseada a otro candidato, Carlos Timoteo Griguol.
El 12 de mayo de 1983, hace 25 años, la selección de Argentina con Bilardo por primera vez en el banco de suplentes debutó en Santiago de Chile ante el representativo local, en un partido amistoso que finalizó 2 a 2.
El hombre que estudio medicina cumplía ese año un década como entrenador profesional y debió suplantar en su cargo a César Luis Menotti, el orientador táctico campeón del mundo en 1978 y que luego fracasó rotundamente en le Mundial de España 1982.
Ese cambio de mando los enfrentó definitivamente a ambos profesionales ya que Menotti, apoyado pro cierta prensa que se identificaba con su juego ofensivo y lírico, lo hizo enfrentarse con Bilardo, un hombre identificado con la escuela más táctica y emparentada –injustamente—con una imagen de “anti-fútbol” del Estudiantes de la década del sesenta.
Desde entonces, Bilardo tuvo que pelearla desde situaciones muy incomodas, con fuertes críticas internas y la explosión de la venta de jugadores importantes la exterior. En ese escenario tomó decisiones viscerales que luego fueron parte de su éxito.
Cambio la táctica y plantó al equipo con línea de tres y cinco volantes y a veces con un mas tradicional 4-4-2 y le otorgó la responsabilidad futbolística del conjunto y el poder de capitanía a Diego Maradona.
La historia es conocida: Argentina fue un brillante campeón en el Mundial de México 1986 con un juego efectivo y la calidad superlativa del “Diez” y luego, a pesar de cierta chatura en el juego, fue temperamento y garra para alcanzar la final de al Copa del Mundo de Italia 1990 y así cerrar un ciclo de oro, no igualado aún desde hace 18 años, donde se sumaron mas fracasos que glorias.
En aquella noche del debut en Santiago también comenzaron su rico historial con la celeste y blanca una nueva generación de jugadores como: Oscar Ruggeri, Ricardo Giusti, Julio Olarticoechea , Jorge Burruchaga y Ricardo Gareca, entre otros.
Desde aquel día, Bilardo estuvo durante siente años y dos meses como responsable del seleccionado, jugó 81 partidos, ganó 28, empató 30 y perdió 23, además de jugar dos finales mundiales consecutivas.
El equipo del debut en el empate ante Chile 2 a 2 (goles de Norberto Alonso y Gareca) se alineó con: Fillol; Carlos Arregui, Ruggeri, Trossero, Olarticoechea; Giusti, Marangoni, Burruchaga, Alonso; Calderón y Gareca.
Hoy, 25 años después, a lo 70 años, Bilardo es periodista y funcionario de deportes de la provincia de Buenos Aires. Lejos quedó ya de las polémicas y las críticas. En este presente, solo queda valorarlo por el peso mismo de los logros y del tiempo, y por alguna determinación de queja que asumieron los hinchas en algún momento, decirle: “Perdón doctor, pero lo extrañamos”.
Era un fútbol diferente.No existía ni el complejo de la AFA en Ezeiza, ni los auspiciantes millonarios y además para contar los periodistas que iban a los entrenamientos del seleccionado sobraban los dedos de una mano. En ese contexto tan poco mediático, hace un cuarto de siglo debutó como director técnico de la selección, Carlos Salvador Bilardo.
Obsesivo, trabajador, táctico: Con esas simples herramientas y un profundo conocimiento del juego, el hijo dilecto de Don Osvaldo Zubeldía en los tiempos de oro de Estudiantes de La Plata, cumplió un sueño: calzarse el buzo de DT de Argentina.
El “Narigón” tenía 45 años, venía de ser campeón Metropolitano como entrenador de los “pincharratas” en febrero de ese año, y ese título y un pragmatismo en su discurso que sedujo a Humberto Grondona le alcanzó para ganarle la pulseada a otro candidato, Carlos Timoteo Griguol.
El 12 de mayo de 1983, hace 25 años, la selección de Argentina con Bilardo por primera vez en el banco de suplentes debutó en Santiago de Chile ante el representativo local, en un partido amistoso que finalizó 2 a 2.
El hombre que estudio medicina cumplía ese año un década como entrenador profesional y debió suplantar en su cargo a César Luis Menotti, el orientador táctico campeón del mundo en 1978 y que luego fracasó rotundamente en le Mundial de España 1982.
Ese cambio de mando los enfrentó definitivamente a ambos profesionales ya que Menotti, apoyado pro cierta prensa que se identificaba con su juego ofensivo y lírico, lo hizo enfrentarse con Bilardo, un hombre identificado con la escuela más táctica y emparentada –injustamente—con una imagen de “anti-fútbol” del Estudiantes de la década del sesenta.
Desde entonces, Bilardo tuvo que pelearla desde situaciones muy incomodas, con fuertes críticas internas y la explosión de la venta de jugadores importantes la exterior. En ese escenario tomó decisiones viscerales que luego fueron parte de su éxito.
Cambio la táctica y plantó al equipo con línea de tres y cinco volantes y a veces con un mas tradicional 4-4-2 y le otorgó la responsabilidad futbolística del conjunto y el poder de capitanía a Diego Maradona.
La historia es conocida: Argentina fue un brillante campeón en el Mundial de México 1986 con un juego efectivo y la calidad superlativa del “Diez” y luego, a pesar de cierta chatura en el juego, fue temperamento y garra para alcanzar la final de al Copa del Mundo de Italia 1990 y así cerrar un ciclo de oro, no igualado aún desde hace 18 años, donde se sumaron mas fracasos que glorias.
En aquella noche del debut en Santiago también comenzaron su rico historial con la celeste y blanca una nueva generación de jugadores como: Oscar Ruggeri, Ricardo Giusti, Julio Olarticoechea , Jorge Burruchaga y Ricardo Gareca, entre otros.
Desde aquel día, Bilardo estuvo durante siente años y dos meses como responsable del seleccionado, jugó 81 partidos, ganó 28, empató 30 y perdió 23, además de jugar dos finales mundiales consecutivas.
El equipo del debut en el empate ante Chile 2 a 2 (goles de Norberto Alonso y Gareca) se alineó con: Fillol; Carlos Arregui, Ruggeri, Trossero, Olarticoechea; Giusti, Marangoni, Burruchaga, Alonso; Calderón y Gareca.
Hoy, 25 años después, a lo 70 años, Bilardo es periodista y funcionario de deportes de la provincia de Buenos Aires. Lejos quedó ya de las polémicas y las críticas. En este presente, solo queda valorarlo por el peso mismo de los logros y del tiempo, y por alguna determinación de queja que asumieron los hinchas en algún momento, decirle: “Perdón doctor, pero lo extrañamos”.