El horror en la localidad austríaca de Amstetten no se detiene, y ahora el llamado "monstruo" -Josef Fritzl, de 73 años- dijo que él no era tal cosa, pese a que durante 24 años tuvo secuestrada a su propia hija en un sótano, donde la violó en reiteradas ocasiones y con la que tuvo siete hijos, uno de los cuales murió y él mismo incineró.

En su defensa indicó que él podría "haber matado a todos", pero no lo hizo, sino que incluso llevó a su "hija-nieta" -Kerstin, de 19- a un hospital, donde la joven ahora pelea por su vida.

"Sin mí estaría muerta. Fui yo quien aseguró que fuera llevada al hospital", afirmó el hombre, según un artículo del diario "Osterreich", aunque claro, Fritzl no dice que la joven nació en condiciones infrahumanas y que vivió durante 19 años bajo tierra, secuestrada junto a dos hermanos y su madre.

El periódico también cita: "Podría haber matado a todos y entonces nada hubiera pasado, y no estaría sentado aquí. Pero llevé a Kerstin al hospital".

Fritzl declaró por más de dos horas ante el fiscal del caso, Christiane Burkheiser, y se mostró "cooperativo", señaló la prensa austríaca.

El interrogatorio se centró en su trayectoria personal, informaron desde la Fiscalía. El próximo interrogatorio se realizaría en dos semanas, ya que la Justicia espera los informes del equipo de investigación que trabaja en el lugar donde estuvieron cautivas Elisabeth y sus hijos.

Fritzl tuvo siete hijos con Elisabeth, uno de ellos murió. Tres, entre ellos Kerstin, estuvieron secuestrados en el sótano desde el día en que nacieron hasta hace unas pocas semanas. Los otros tres fueron adoptados por Fritzl y su mujer y llevaron una vida normal.