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El paro cortó los pagos y ya tocó a los trabajadores
Ya no hay distribución de mercadería, y como contrapartida se ve afectada la cadena de pago. Para peor, empezaron a suspender a los trabajadores
31 de marzo de 2008
Además de generar problemas de abastecimiento, el paro del campo comenzó a afectar la cadena de pagos en todos los sectores industriales vinculados a la actividad agropecuaria.
Además, corren muchos riesgos los contratos de exportación, que ya se están viendo demorados, alertaron a El Cronista fuentes industriales, quien coincidieron en que, de continuar el conflicto, esta semana se profundizarán las suspensiones del personal.
Ocurre que los cortes de ruta y movilizaciones convocados por los productores están impidiendo el tránsito de los camiones que trasladan la mercadería. Las industrias están sin vender desde que comenzó el conflicto y, en consecuencia, con problemas para poder cumplir con los pagos.
La situación afecta tanto a los sectores vinculados al campo como al resto de las cadenas productivas. Las terminales automotrices, por ejemplo, tienen dificultades para proveerse de autopartes. Lo mismo ocurre en la industria del plástico o la petroquímica.
Varios productores, en tanto, suspendieron órdenes de compra de equipos para el campo.
“Recibimos leche en las plantas que podemos –especialmente, en las santafesinas–, pero hace quince días que no vendemos y si bien hasta ahora pudimos ir pagando, ese margen se agotó. Se está rompiendo la cadena de pagos y lo más preocupante es que recomponerla será un proceso largo”, aseguraron fuentes de SanCor al matutino.
En el caso de La Serenísima decidirá no recibir más leche cruda por la imposibilidad de procesarla y seguir acumulando stock.
El sector molinero dejó de recibir materia prima y no puede distribuir harinas. “Las plantas están totalmente paradas desde hace una semana, con pérdidas que superan los $100 millones”, aseguró el titular de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), Alberto España. El industrial molinero agregó que “están dialogando con el gremio para analizar si se avanza en suspensiones de personal”.
Desde el sector frigorífico, también mostraron preocupación por los retrasos en los pagos, pero especialmente en los contratos de exportación. Una alta fuente del consorcio ABC, de frigoríficos exportadores, señaló que “las plantas no tienen carne, no pueden trasladar hacienda ni comercializar medias reses, lo que les genera retrasos en las ventas al exterior”.
“Por ahora, los importadores escuchan lo que pasa, pero si esta situación continúa, tememos que se rompan los contratos”, aseguró España, de la FAIM.
Por su parte, la Cámara de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) también informó que las cámaras frigoríficas de las fábricas están llenas de pollos faenados, sin poder enviarlos a los centros de consumo y que tampoco está llegando alimento a las granjas para alimentar a los animales. “Además –señaló el titular de CEPA, Roberto Domenech–, al no poder sacar los pollos de las granjas, no se dispone de espacio en los galpones para alojar los pollitos bebé”. “La semana pasada, ello obligó a sacrificar 1,3 millón de pollitos”, agregó.
Aún cuando el conflicto entre el Gobierno y el campo cese y las partes se encaucen hoy en una negociación, normalizar el abastecimiento no será una cuestión de horas.
Además, corren muchos riesgos los contratos de exportación, que ya se están viendo demorados, alertaron a El Cronista fuentes industriales, quien coincidieron en que, de continuar el conflicto, esta semana se profundizarán las suspensiones del personal.
Ocurre que los cortes de ruta y movilizaciones convocados por los productores están impidiendo el tránsito de los camiones que trasladan la mercadería. Las industrias están sin vender desde que comenzó el conflicto y, en consecuencia, con problemas para poder cumplir con los pagos.
La situación afecta tanto a los sectores vinculados al campo como al resto de las cadenas productivas. Las terminales automotrices, por ejemplo, tienen dificultades para proveerse de autopartes. Lo mismo ocurre en la industria del plástico o la petroquímica.
Varios productores, en tanto, suspendieron órdenes de compra de equipos para el campo.
“Recibimos leche en las plantas que podemos –especialmente, en las santafesinas–, pero hace quince días que no vendemos y si bien hasta ahora pudimos ir pagando, ese margen se agotó. Se está rompiendo la cadena de pagos y lo más preocupante es que recomponerla será un proceso largo”, aseguraron fuentes de SanCor al matutino.
En el caso de La Serenísima decidirá no recibir más leche cruda por la imposibilidad de procesarla y seguir acumulando stock.
El sector molinero dejó de recibir materia prima y no puede distribuir harinas. “Las plantas están totalmente paradas desde hace una semana, con pérdidas que superan los $100 millones”, aseguró el titular de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), Alberto España. El industrial molinero agregó que “están dialogando con el gremio para analizar si se avanza en suspensiones de personal”.
Desde el sector frigorífico, también mostraron preocupación por los retrasos en los pagos, pero especialmente en los contratos de exportación. Una alta fuente del consorcio ABC, de frigoríficos exportadores, señaló que “las plantas no tienen carne, no pueden trasladar hacienda ni comercializar medias reses, lo que les genera retrasos en las ventas al exterior”.
“Por ahora, los importadores escuchan lo que pasa, pero si esta situación continúa, tememos que se rompan los contratos”, aseguró España, de la FAIM.
Por su parte, la Cámara de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) también informó que las cámaras frigoríficas de las fábricas están llenas de pollos faenados, sin poder enviarlos a los centros de consumo y que tampoco está llegando alimento a las granjas para alimentar a los animales. “Además –señaló el titular de CEPA, Roberto Domenech–, al no poder sacar los pollos de las granjas, no se dispone de espacio en los galpones para alojar los pollitos bebé”. “La semana pasada, ello obligó a sacrificar 1,3 millón de pollitos”, agregó.
Aún cuando el conflicto entre el Gobierno y el campo cese y las partes se encaucen hoy en una negociación, normalizar el abastecimiento no será una cuestión de horas.