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El estigma de los integrantes de “Los Abuelos de la Nada”
Los más exitosos de la mítica banda de rock nacional ya suman dos fallecidos, y varios problemas con la justicia, con detención incluida. Sólo dos lograron sortear la oscuridad y llegar a la fama. Conozca aquí la historia
22 de marzo de 2008
Por Roberto Aguirre Blanco
Los Abuelos de la Nada, la banda de rock liderada por Miguel Abuelo y que fue una de las expresiones más frescas y renovadoras de la música popular a principios de los ochenta tuvo para sus integrantes famosos diferentes realidades, algunas de ellas muy crudas.
El líder del grupo, Miguel Abuelo, falleció muy joven a los 42 años, el 26 de marzo de 1988, tras sufrir complicaciones en una intervención quirúrgica a raíz de padecer del virus del HIV.
La muerte de Abuelo tuvo además connotaciones que sirvieron para que la prensa amarilla asociara al rock con el “descontrol” y para sacarle el jugo a una penosa muerte, la primera de un artista famoso en Argentina por culpa del SIDA.
El baterista de la banda, el experimentado Polo Corbella, otro integrante al igual que Miguel que venía de la etapa inaugural del rock nacional y de La Cueva de la avenida Pueyrredón , falleció el 5 de mayo de 2001 cuando sólo tenía 53 años, y peleaba para ganarse la vida como taxista.
Un cáncer abdominal terminó prontamente con su vida luego de intentar recuperar la fama que tuvo con el grupo y que nunca más pudo volver a alcanzar. Inclusive dejó la música y tuvo que ser chofer de un coche de alquiler para poder sobrevivir.
Corbella junto a su amigo, el vasco Gustavo Bazterrica, el excelente guitarrita y compositor de “Los Abuelos”, fueron detenidos en 1991 en el marco de una investigación por tráfico y venta de drogas (LSD) que involucró a la cantante María José Cantilo, hermana de Miguel Cantilo, y que fue tapa de todos los diarios.
Bazterrica, quien había lucido su talento en “La Máquina de Hacer Pájaros” con Charly García, junto al músico del bigote bicolor en su etapa solista, después de “Los Abuelos” entró en un cono de sombras profesional del que nunca mas pudo escapar.
En tanto, el saxofonista Daniel Melingo, saboreó la fama por partida doble en los primeros años ochenta, primero con “Los Abuelos” y luego junto a Pipo Cipollatti y Fabiana Cantilo como las figuras de los inolvidables “Twist”.
Fue el primero en irse de la banda para seguir con su proyecto musical, y luego tras separarse de “Los Twits” emigró a España a principios de lo noventa, donde formó “Lions of Love”con la cuál grabó dos álbumes.
Sin embargo, de regreso a Argentina en 1997 dio un giro a su carrera y se posicionó como cantante y autor de tangos, lejos de los ritmos que los llevaron a la gloria, aunque con un excelente criterio musical.
Sin dudas, las dos perlas de esta historia fueron el benjamín del grupo, Andrés Calamaro y el bajista “Cachorro” López, uno de los mejores amigos de Miguel Abuelo y co-fundador de la banda.
La historia del “salmón” es demasiado conocida, sólo resta destacar que tuvo sus profundas crisis personales y que hoy vive, en su madurez no solo del reconocimiento popular, sino también de una estabilidad en la vida personal que lo muestra como un hombre feliz, lejos ya de su postura “rocker”, que supo degustar.
Por su parte, “Cachorro”, el más medido de todos los integrantes de “Los Abuelos” construyó en estas dos décadas una trayectoria consolidada como productor musical y es en ese marco el artífice de grandes discos de artistas pop y de rock latinos.