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El paro del campo sigue la semana próxima
Habrá "tractorazos" en La Pampa, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. El Gobierno insiste en que el agro nunca estuvo mejor. La medida seguirá, por lo menos, hasta Pascuas
14 de marzo de 2008
A los problemas de desabastecimiento, al Gobierno se le suma otra preocupación: los ruralistas extenderán al protesta hasta Semana santa.
De esta manera redoblarán este viernes su rechazo al nuevo sistema de retenciones móviles a la exportación de granos y oleaginosas y seguirán de huelga.
Como parte de las actividades que acompañan la declaración del paro, los ganaderos y cerealeros –que ayer no comercializaron ganado ni granos– saldrán con sus tractores a las rutas y las calles de las principales ciudades del núcleo agrícola argentino.
La escalada y la extensión de las protestas se resolvió luego de que el Gobierno no diera ningún tipo de señal para modificar el régimen de retenciones móviles que quiere aplicar hasta 2012 ni tampoco para reabrir el diálogo con el sector.
Es más, tanto el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, como el ministro de Economía, Martín Lousteau, salieron ayer a criticar públicamente a las entidades agropecuarias por la huelga.
“Estoy un poco azorado. Si la gente del campo tiene un mínimo de rigor intelectual, saben que nunca ganaron tanta plata como en este tiempo. Y el Gobierno los ayudó” con los subsidios al gasoil y la devaluación, se quejó Fernández.
A su turno, el jefe del Palacio de Hacienda consideró como “una injusticia” a la protesta y enfatizó que, “en algunas actividades, el campo es híper rentable”. Y agregó: “El Gobierno abrió, y sigue abierta, una puerta para la discusión con el campo. El Estado debe ver el equilibrio en todos los sectores”.
Esas declaraciones desataron una vez más la ira de los ruralistas. Desde las cuatro entidades nacionales (Confederaciones Rurales; Federación Agraria; Coninagro y Sociedad Rural), manifestaron su asombro por los argumentos de Lousteau y recordaron que el ministro nunca les contestó los tres pedidos de audiencia que desde diciembre le hicieron llegar. Tampoco, enfatizaron, tuvieron respuesta de la contrapropuesta que habían efectuado en la negociación por el precio de la carne, de la que finalmente fueron excluidos los ganaderos.
Ayer hubo casi nulo movimiento de granos, por la inédita adhesión a la protesta de las bolsas y los centros acopiadores de cereales (ver aparte), y se suspendieron la mayoría de los remates de ganado que estaban programados. Para hoy, están programados un tractorazo por el centro de la ciudad de Córdoba y una concentración en la localidad santafesina de Villa Constitución. También habrá asambleas y movilizaciones en San Miguel de Tucumán, en la ciudad bonaerense de Trenque Lauquen; y en las cordobesas de Jesús María y Canals.
Mario Llambías, presidente de CRA, volvió a criticar las nuevas retenciones y enfatizó que los productores “ya soportaron las políticas de este Gobierno, que terminaron matando vientres (vacunos) y denunció que el sector está “pagando los insumos a precio euro, porque el dólar está perdiendo su valor”.
El rechazo del campo a la retenciones fue respaldado por los diputados Christian Gribauldo (PRO) y Francisco De Narváez. Gribauldo, vicepresidente primero de la comisión de Agricultura y Ganadería pidió que el Congreso interpele a Lousteau. De Narváez, en tanto, rechazó el alza y dijo que el “campo está de rehén del Gobierno con un sistema que retrotrae a los argentinos a la época de la colonia”.
De esta manera redoblarán este viernes su rechazo al nuevo sistema de retenciones móviles a la exportación de granos y oleaginosas y seguirán de huelga.
Como parte de las actividades que acompañan la declaración del paro, los ganaderos y cerealeros –que ayer no comercializaron ganado ni granos– saldrán con sus tractores a las rutas y las calles de las principales ciudades del núcleo agrícola argentino.
La escalada y la extensión de las protestas se resolvió luego de que el Gobierno no diera ningún tipo de señal para modificar el régimen de retenciones móviles que quiere aplicar hasta 2012 ni tampoco para reabrir el diálogo con el sector.
Es más, tanto el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, como el ministro de Economía, Martín Lousteau, salieron ayer a criticar públicamente a las entidades agropecuarias por la huelga.
“Estoy un poco azorado. Si la gente del campo tiene un mínimo de rigor intelectual, saben que nunca ganaron tanta plata como en este tiempo. Y el Gobierno los ayudó” con los subsidios al gasoil y la devaluación, se quejó Fernández.
A su turno, el jefe del Palacio de Hacienda consideró como “una injusticia” a la protesta y enfatizó que, “en algunas actividades, el campo es híper rentable”. Y agregó: “El Gobierno abrió, y sigue abierta, una puerta para la discusión con el campo. El Estado debe ver el equilibrio en todos los sectores”.
Esas declaraciones desataron una vez más la ira de los ruralistas. Desde las cuatro entidades nacionales (Confederaciones Rurales; Federación Agraria; Coninagro y Sociedad Rural), manifestaron su asombro por los argumentos de Lousteau y recordaron que el ministro nunca les contestó los tres pedidos de audiencia que desde diciembre le hicieron llegar. Tampoco, enfatizaron, tuvieron respuesta de la contrapropuesta que habían efectuado en la negociación por el precio de la carne, de la que finalmente fueron excluidos los ganaderos.
Ayer hubo casi nulo movimiento de granos, por la inédita adhesión a la protesta de las bolsas y los centros acopiadores de cereales (ver aparte), y se suspendieron la mayoría de los remates de ganado que estaban programados. Para hoy, están programados un tractorazo por el centro de la ciudad de Córdoba y una concentración en la localidad santafesina de Villa Constitución. También habrá asambleas y movilizaciones en San Miguel de Tucumán, en la ciudad bonaerense de Trenque Lauquen; y en las cordobesas de Jesús María y Canals.
Mario Llambías, presidente de CRA, volvió a criticar las nuevas retenciones y enfatizó que los productores “ya soportaron las políticas de este Gobierno, que terminaron matando vientres (vacunos) y denunció que el sector está “pagando los insumos a precio euro, porque el dólar está perdiendo su valor”.
El rechazo del campo a la retenciones fue respaldado por los diputados Christian Gribauldo (PRO) y Francisco De Narváez. Gribauldo, vicepresidente primero de la comisión de Agricultura y Ganadería pidió que el Congreso interpele a Lousteau. De Narváez, en tanto, rechazó el alza y dijo que el “campo está de rehén del Gobierno con un sistema que retrotrae a los argentinos a la época de la colonia”.