A pocas horas del anuncio de la renuncia de Fidel Castro al poder de Cuba, ya se conocen los primeros movimientos de su hermano, Raúl, quien suena más fuerte para suceder al legendario revolucionario en la presidencia.

Pero estas noticias cayeron como un balde de agua fría para quienes creían que la Cuba revolucionaria de Castro permanecería alejada de las negociaciones con los países primermundistas.

En enero último, el presidente interino de Cuba, Raúl Castro, le pidió al mandatario de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, ayuda para "acelerar el proceso de transición política y económica" en la isla, reveló el diario brasileño Folha de Sao Paulo.

Según el diario, durante el encuentro que sostuvo con Lula en La Habana en enero, Raúl Castro formuló elogios a Chávez y destacó que el mandatario venezolano ayudó a Cuba "en un momento de enfrentamiento duro con la gestión de George W. Bush" en la presidencia de Estados Unidos. Brasil "sería un socio más conveniente que la Venezuela de Hugo Chávez" en el proceso de transición, habría argumentado Raúl.

Según Folha, la propuesta de Raúl Castro fue bien recibida por Lula da Silva: "En la disputa con Venezuela por el liderazgo en América Latina, le interesaría a Brasil socorrer a Cuba en el escenario post Fidel".

El mandatario brasileño, a su vez, le dijo a Raúl Castro que los avances económicos en Cuba deben ser acompañados por una mayor apertura política, dijeron los asesores de Lula que participaron en la visita a La Habana.

Además, agregaron que Lula exhortó al presidente interino de Cuba a hacer "un gesto en el área de derechos humanos liberando a presos políticos para demostrar que desea una transición real, y no sólo seguir el modelo chino apertura en la economía y mano dura en la política".