Un ataque en Kandahar, al sur de Afganistán, dejó un saldo de 80 muertos y decenas de heridos. Se trata del atentado suicida más violento desde el 2001, cuando se produjo la caída del régimen talibán.

Según informó Assadullah Khalid, gobernador de la provincia en la que se produjo el atentado, el suicida aprovechó que una gran cantidad de personas se encontraba aglomerada mientras observaban una competencia de perros y detonó la carga explosiva que llevaba con él.

Mientras tanto y en contradicción con los dichos de Khalid, el portavoz del Ministerio afgano del Interior, Zemarai Bashari, no precisó si se trata de un ataque suicida aunque confirmó las muertes. Una de las cuestiones que llaman la atención es que la insurgencia talibán, a quién le adjudican el hecho, no reivindicó la autoría del ataque como suele hacer cuando sus atentados causan muchas muertes.

Sin embargo, Kandahar es una de las provincias más conflictivas de Afganistán dado que son constantes los combates entre la insurgencia talibán y las tropas internacionales y afganas. Además, se trata de un eslabón importante en la ruta del opio afganistana.

Según trascendió, el líder de los insurgentes decidió destituir a Baitullah Mehsud del movimiento talibán en Pakistán, porque considera que la lucha contra las tropas de la OTAN es más importante que la llevada en contra del Ejército de Pakistán.

De este modo, líder considera que logrará incrementar sus tropas con la afluencia de los soldados que se encuentran luchando en el cinturón del país contra el Ejército pakistaní.