El alemán Michael Schumacher (Ferrari) ganó el Gran Premio de Francia de Fórmula 1 este domingo en Magny-Cours, la 88ª victoria de su carrera, por delante del líder, el español Fernando Alonso (Renault), confirmando la revolución iniciada hace quince días en Indianápolis.

Y es que, mientras el claro dominio de Ferrari en Estados Unidos podía deberse a la situación particular por las precacuciones del fabricante de neumáticos Michelin que equipa a sus rivales, la victoria de Schumi en Francia delante de Alonso y de su compañero de equipo, el brasileño Felipe Massa, se produjo en toda regla.

"¡Indy no era una referencia pero Magny-Cours sí!" se felicitaba el alemán minutos después de celebrar su 88ª victoria como si fuera la primera.

El heptacampeón mundial se quitó el casco, estrechó la mano a Alonso y se subió al capot de su monoplaza, con los brazos en alto y apretando los puños, antes de echarse en brazos de sus mecánicos y de abrazar a su patrón Jean Todt.

En su 68ª pole position y su cuarta victoria de la temporada, Schumacher se mostró intratable y no tuvo ningún problema después del susto del sábado, cuando empezaron a salir llamaradas de su tubo de escape durante los ensayos libres.

"No sabíamos lo que iba a pasar en la carrera (...) pero tengo que decir que los neumáticos y el coche funcionaron de maravilla", explicaba satisfecho, que se pone así a 17 puntos de Alonso cuando faltan siete carreras.

"Esta victoria es un gran resultado teniendo en cuenta las dificultades de este fin de semana", añadió el alemán, que quizá se lamentó de que Massa no pudiera mantener su segunda posición de salida, lo que le habría dado dos puntos más respecto a Alonso.

Pero Renault, al ver que era imposible adelantar a los Ferrari en pista, optó por cambiar de estrategia, confiando en la resistencia de sus Michelin, y paró en boxes dos veces, una menos que los monoplazas de la Scuderia.

Apuesta ganada, puesto que Alonso se puso así por delante de Massa mientras Schumacher seguía siendo intocable y el español sólo cedió dos puntos ante el alemán.

"Nuestros neumáticos han funcionado como preveíamos... pero los Bridgestone fueron muy buenos", admitía un Alonso dubitativo, que no podía dejar de subrayar que su resultado estuvo "mucho más cerca" del de Schumacher en Magny-Cours que en Indy.

"Hay que seguir así, tenemos que seguir trabajando en este sentido, el campeonato está lejos de haber terminado", decía Schumacher, que sin duda ha cargado las baterías antes de correr ante su público dentro de quince días.

Aunque recortar dos puntos a Alonso en cada una de las siete carreras restantes no le bastará para coronarse por octava vez.

Por su parte, el otro español en competición desde esta undécima prueba de la temporada, Pedro de la Rosa (sustituto en McLaren-Mercedes del colombiano Juan Pablo Montoya), fue séptimo y sumó dos puntos para la escudería, mientras que su compañero finlandés Kimi Raikkonen fue quinto.

En cuarta posición llegó el Toyota de Ralf Schumacher, y el segundo Renault del italiano Giancarlo Fisichella acabó sexto. El resto de pilotos fueron doblados o abandonaron.