Israel dejó aislado al Líbano tras lanzar una serie de bombardeos que dejaron 47 muertos y 103 heridos y más de cien heridos e inutilizaron el aeropuerto.

Además, bloqueó todos los puertos del país.

Entre los muertos hay al menos diez menores, pero se ignora si entre las víctimas se encuentran combatientes de Hezbollah y cuántos son civiles.

La zona más castigada por los bombardeos fue el sur del país, pero también el valle de la Bekaa, donde las bombas alcanzaron un templo chiita.

En tanto, dos cohetes Katiusha disparados desde Líbano alcanzaron hoy la ciudad israelí de Haifa, que se encuentra a unos 50 kilómetros de la frontera y que cuenta 270.000 habitantes, informó la policía local.

Según fuentes del Ejercito israelí, el ataque no causó víctimas pero es considerado como un asunto grave por la importancia de la ciudad y porque los cohetes disparados desde el Líbano nunca habían llegado tan lejos.

Los habitantes de las norteñas ciudades israelíes de Haifa y Acre deben dirigirse a los refugios, ordenó el ejército.

Según el embajador saudita en Beirut, Abdelrahman Kodja, antes de los ataques israelíes de las últimas 24 horas se calculaba que en Líbano había unos 20.000 turistas solo de Arabia Saudita.

Mientras se concreta el éxodo, los ataques de Israel en el sur de Líbano causaron hoy la muerte de 52 civiles y heridas a un centenar de personas.

Ante el temor de que en los próximos días la supervivencia se torne difícil, si continúan las acciones bélicas, miles de civiles, tanto en Beirut como en otras ciudades menores, se precipitaron en masa hacia los comercios para comprar provisiones de primera necesidad, como pan y combustible.

Las imágenes trasmitidas por varias televisiones árabes, muestran continuamente puentes y calles destruidas y colmadas de escombros que contrastan con los rostros sonrientes de milicianos de Hezbollah distribuyendo dulces y caramelos a los automovilistas para festejar las operaciones del martes contra Israel mientras agitan sus banderas amarillas.