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El Viagra, el más falsificado
El producto que sirve para la intimidad masculina es el más falsificado en el mundo. En el 2006 se secuestraron más de 8 millones de los comprimidos "azules"
9 de noviembre de 2007
El Viagra es el producto número uno falsificado del mundo, en un mercado mundial de medicamentos “truchos” que asciende a 35.500 millones de dólares. Para dar una idea de esta cifra, se rata de un número levemente inferior al Presupuesto Argetino para todo 2007.
Estas cifras fueron confimadas por Rubie Mages, directora de Seguridad Global de Pfizer, laboratorio que desde 1999 fabrica este estimulante, quien también alertó que entre 40 y 90% de los medicamentos comercializados a través de Internet tienen un alto riesgo de ser falsificados.
Mages asoció al Viagra trucho con el terrorismo, dado que aseguró que “las rutas del delito organizado participan fuertemente en la falsificación”. La ejecutiva indicó además que ese medicamento circula en más de 20 países, cinco de cuales se encuentran en la región sudamericana: Colombia, Paraguay, Brasil, Ecuador y Uruguay, al disertar en el Congreso de Aduanas que se realizó en Buenos Aires.
Consultado sobre el tema, el director general de Aduanas, Ricardo Echegaray, afirmó que “ante lo que está sucediendo en el mundo con la falsificación del Viagra, se debe responder con controles inteligentes –perfiles de riesgo- y reeducar al consumidor argentinos antes de que sea demasiado tarde”.
Pfizer rastreó en 2006 los decomisos informados por las Aduanas de 39 países, que contenían mas de 8 millones de comprimidos falsificados de ese laboratorio y una gran cantidad de ingredientes activos que hubieran permitido la fabricación de 4,5 millones más de productos.
En decomisos realizados sobre exportaciones indias, registraron que 35.500 correspondían al principio activo del Viagra que hubiera permitido fabricar más de 220 millones de comprimidos, por un valor de falsificación de US$ 1.300 millones de dólares.
En su exposición, Mages echó por tierra la afirmación de que los medicamentos falsificados sean comprados por su menor costo, sino que por el contrario señaló que “prefieren la falsificación para aprovechar el prestigio” de los grandes laboratorios, dado que “el costo por comprimido es bajo, pero se cobra alto costo de envío” cuando la compra se hace por Internet.
Estas cifras fueron confimadas por Rubie Mages, directora de Seguridad Global de Pfizer, laboratorio que desde 1999 fabrica este estimulante, quien también alertó que entre 40 y 90% de los medicamentos comercializados a través de Internet tienen un alto riesgo de ser falsificados.
Mages asoció al Viagra trucho con el terrorismo, dado que aseguró que “las rutas del delito organizado participan fuertemente en la falsificación”. La ejecutiva indicó además que ese medicamento circula en más de 20 países, cinco de cuales se encuentran en la región sudamericana: Colombia, Paraguay, Brasil, Ecuador y Uruguay, al disertar en el Congreso de Aduanas que se realizó en Buenos Aires.
Consultado sobre el tema, el director general de Aduanas, Ricardo Echegaray, afirmó que “ante lo que está sucediendo en el mundo con la falsificación del Viagra, se debe responder con controles inteligentes –perfiles de riesgo- y reeducar al consumidor argentinos antes de que sea demasiado tarde”.
Pfizer rastreó en 2006 los decomisos informados por las Aduanas de 39 países, que contenían mas de 8 millones de comprimidos falsificados de ese laboratorio y una gran cantidad de ingredientes activos que hubieran permitido la fabricación de 4,5 millones más de productos.
En decomisos realizados sobre exportaciones indias, registraron que 35.500 correspondían al principio activo del Viagra que hubiera permitido fabricar más de 220 millones de comprimidos, por un valor de falsificación de US$ 1.300 millones de dólares.
En su exposición, Mages echó por tierra la afirmación de que los medicamentos falsificados sean comprados por su menor costo, sino que por el contrario señaló que “prefieren la falsificación para aprovechar el prestigio” de los grandes laboratorios, dado que “el costo por comprimido es bajo, pero se cobra alto costo de envío” cuando la compra se hace por Internet.