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Por Eduardo Curia
“Tras las elecciones, hay que consolidar el modelo económico”
El economista dijo que debe reforzarse la disciplina fiscal, mantener el esquema actual de tipo de cambio y asegurar que los aumentos salariales se apliquen en función de mejoras en el nivel de actividad
8 de agosto de 2005
Yo creo que hay dos momentos en materia de medidas anti-inflación. Uno es el que corre hasta que lleguen las elecciones, donde me parece que por las circunstancias imperantes no hay mucho más por hacer que los acuerdos de precios y un esfuerzo por que el tema fiscal no se desorbite.
El otro es el que llegará después de las elecciones. Ahí sí creo que hay que atacar con fuerza no sólo por la inflación, sino por el esfuerzo de consolidación del modelo económico actual.
Dentro de ese contexto, las acciones a realizar pasan por dos instancias: la disciplina fiscal, es decir, redoblar el esfuerzo en esta materia. Después de octubre, hay que volver a una visión reforzada de la política fiscal.
La otra instancia a atender después de las elecciones es la política de ingresos. La política salarial debe estar de acuerdo a la producción macro económica.
Con respecto a los acuerdos de precios, creo que, manejados con prudencia, tienen que formar parte del cocktail de medidas. Lo que hay que tener en cuenta es que los acuerdos de precios sólo deben considerarse si forman parte de la política económica.
Como instrumento, debe evaluarse en cada caso, pero sólo si son parte de la política.
En referencia a las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, me gustaría que se llegara a un acuerdo, pero también es cierto, y no puede pasarse por alto, que el Fondo tiene un planteo no muy beneficioso, que exige disciplina fiscal, flotación absoluta y tasas altas.
Ese es un enfoque totalmente distinto al que propone la Argentina.
El FMI dice que para combatir la inflación hay que dejar caer fuertemente el cambio nominal y real, lo cual es una aberración. Pretende tasas de interés en alza, cuando lo recomendable es en baja, y lo único en lo que coincidiríamos es en la política fiscal.
Un acuerdo con el Fondo no me mejora nada, porque para conseguir una leve moderación de la inflación, se mata a la gallina de los huevos de oro y se marca una desaceleración fuerte de la economía. Eso a mí no me gusta y por eso no lo propugno.
El otro es el que llegará después de las elecciones. Ahí sí creo que hay que atacar con fuerza no sólo por la inflación, sino por el esfuerzo de consolidación del modelo económico actual.
Dentro de ese contexto, las acciones a realizar pasan por dos instancias: la disciplina fiscal, es decir, redoblar el esfuerzo en esta materia. Después de octubre, hay que volver a una visión reforzada de la política fiscal.
La otra instancia a atender después de las elecciones es la política de ingresos. La política salarial debe estar de acuerdo a la producción macro económica.
Con respecto a los acuerdos de precios, creo que, manejados con prudencia, tienen que formar parte del cocktail de medidas. Lo que hay que tener en cuenta es que los acuerdos de precios sólo deben considerarse si forman parte de la política económica.
Como instrumento, debe evaluarse en cada caso, pero sólo si son parte de la política.
En referencia a las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, me gustaría que se llegara a un acuerdo, pero también es cierto, y no puede pasarse por alto, que el Fondo tiene un planteo no muy beneficioso, que exige disciplina fiscal, flotación absoluta y tasas altas.
Ese es un enfoque totalmente distinto al que propone la Argentina.
El FMI dice que para combatir la inflación hay que dejar caer fuertemente el cambio nominal y real, lo cual es una aberración. Pretende tasas de interés en alza, cuando lo recomendable es en baja, y lo único en lo que coincidiríamos es en la política fiscal.
Un acuerdo con el Fondo no me mejora nada, porque para conseguir una leve moderación de la inflación, se mata a la gallina de los huevos de oro y se marca una desaceleración fuerte de la economía. Eso a mí no me gusta y por eso no lo propugno.