Por Roberto Aguirre Blanco
Sobredosis de "chocolate" hace mal al hígado
9 de febrero de 2010
¡Corran a la farmacia! Busquen un buen calmante para los dolores de hígado, esa es la mejor receta para superar en este verano la sobredosis de exposición de Ricardo Fort, el hombre chocolate, a quien se lo ve hasta en la sopa.
Sucede que el ex integrante de “La Comedia de tus Sueños” es figurita repetida en los diferentes programas de América, con acento en “Infama”, pero además con pase asegurado por “Intrusos”, noticieros, y hasta enlatados del canal de Palermo Hollywood.
El tema también es que Don Fort, como buena patada a la zona hepática, se pelea con todo el mundo y su figura es una especie de “Rocky” en versión vernácula en sucesivas emisiones.
Lo que antes los medios elogiaban del rey del mundo del chocolate, su canto, sus exhibiciones de dinero y de poder, ahora son el centro de las críticas de quienes lo convocan y quienes se cuelgan de “sus bíceps” para pegarle y que tenga.
Ahora, en la primera semana de “Animales Sueltos”, el ciclo de Alejandro Fantino en la medianoche de América –lugar donde hizo sus primeras apariciones en la tele— se convirtió en el “enemigo número uno” porque suspendió una nota, y dejo pagando en la puerta de su mansión marplatense a la escultural Pamela David. ¡Eso no!
En este trayecto de personalidades de la “alta cultura” mediática que hacen fila para tirarle munición gruesa con delicadezas como “sos una chica inflamada” y “tu operación de cara te hace parecerte a Pedro Bello ( el pintón de los autos locos, ¿se acuerdan?) desformado”, ahora se sumó ese hombre de filosofía barata como Luciano Garbellano, mas las apariciones de Guido Süller, hacen de este cóctel televisivo una bomba al aparato digestivo.
Es el verano y es lo que hay. Es la tele que “entretiene y educa” y, que tiene además momentos emotivos como la carta manuscrita que le envió el mismo Fort a la diva Mirtha Legrand a su hotel, junto a un anillo de brillantes.
El “muñequito de chocolates Jack” quiere “comprar” lo que para él sería su salto definitivo a la fama: sentarse a la mesa de los Almuerzos.
Pero parece que “Chiquita” no se da por enterada del deseo del hombre mediático.
De todas formas hay una mala noticia para este boletín: parece que Fort llegó para quedarse y por lo pronto se aferra con sus uñas al rinconcito que ama y le da la tele, aunque también trascendió que deja América.
No, no festejen. No es que se va del continente para no volver. Se va del canal de Palermo a El Trece, y quizás a las huestes de Marcelo Tinelli.
Una Hepatalgina por aquí, gracias.