Por Roberto Aguirre Blanco
Premios a la TV, la lucha por ser el más fuerte
5 de julio de 2008
La guerra quedó declarada entre APTRA y el Grupo Clarín. Una batalla de egos y de presencia mediática a la hora de premiar la producción televisiva que ya tiene escenarios bien diferenciados.
En la fiesta del tradicional Martín Fierro quedó demostrado: gran parte de los más importantes ganadores de este galardón ya habían sido reconocidos seis meses antes por el gran diario argentino en la fiesta de sus propios premios.
Si se rompía la tendencia de “Lalola” como la gran ganadora del 2007 hubiera quedado como una gran polémica que los socios de APTRA no quisieron correr en el marco del cuestionamiento a la transparencia de sus premios, más allá de los merecimientos de la producción de Sebastián Ortega.
Clarín, que es cierto también premia al cine, la música, el teatro y la radio, en un acto a fin de cada año, tiene en la televisión puesta su gran atención y allí se denota que la lucha por la legitimidad del premio se lucha cuerpo a cuerpo con APTRA.
El Martín Fierro goza de tradición y un prestigio que, a pesar de ciertas irregularidades y sospechas en los últimos años, no logra esmerilar el peso propio de la estatuilla como símbolo de lo mejor de la producción televisiva anual.
También esta nueva guerra por la credibilidad y el valor del premio esta exhibida en las formas.
APTRA insiste con el modelo de la cena en un ámbito de glamour con la consiguiente dispersión de sus invitados pescados “in fraganti” por las cámaras de televisión.
Los premios Clarín proponen el auditorio, la atención concentrada en el escenario, aunque muchas veces tampoco logran una concentración plena de los invitados. En la Argentina los actores no actúan como en los Oscar.
En ambos casos, la búsqueda del glamour y de fiesta única las iguala con la tradicional alfombra roja que los dos premios explotan una hora antes del inicio del show, para mostrar la cara más frívola de estos galardones.
Este año el Martín Fierro buscó sumar un aditamento más a ese segmento y juntos en una mesa especial, el jurado mas selecto de especialistas entre estilistas, modistos y diseñadores se reunieron para elegir la mejor vestida del año: el premio fue para Natalia Oreiro, que llamativamente no se vistió con su marca si no con un vestido de Oscar de la Renta.
Pero como estamos en la Argentina y a pesar de las intenciones de algunos iluminados no podemos salir del tercer mundo, la mejor vestida de la noche vistió idéntico traje de noche que usó en los premios Oscar pasados la españolísima Penélope Cruz. ¡No sólo el mismo modelo sino el mismo color! ¡ Trágame tierra...!
Fue patética también la cobertura periodística del gran diario argentino, que para el anuncio del premio le dedicó un tercio de una página par de la sección espectáculos, sin fotos, y a los premiados al día siguiente un espacio similar.
Más gracioso fueron las bajadas de línea de la conductora Mirtha Legrand, habilitada para decir lo que quiera, por eso es la gran diva nacional, quien le agradeció la presencia en los Martín Fierro al gerente de programación de canal 13, Adrián Suar, quien tuvo que asistir por el pedido de la viuda de Jorge Guinzburg, para la entrega de una plaqueta de APTRA en memoria del humorista.
“Gracias Suar por venir, ¿viste?, además de los premios Clarín el Martin Fierro también existe”, le disparó sin anestesia Mirtha al “Chueco” en el escenario de La Rural.
Suar, por su compromiso con el grupo Clarín y los premios, no asiste a los Martín Fierro desde hace seis años. Una pena, ganó varias estatuillas.
En definitiva, los premios más trascendentes del Martín Fierro de julio de 2008 fueron clonados con los del Clarín de diciembre de 2007, con idénticos festejos de “Lalola”, de “Televisión por la idenidad”, “Patito Feo”, “Mujeres de nadie”. Todo fue un video repetido.
En el futuro ¿habrá lugar para estos dos premios tan parecidos? Pocos lo saben. Por ahora, los beneficiados son los programas y producciones premiados o castigados dos veces al año.
Lo que sí queda claro es que a la hora de rating en la quinta de Olivos el matrimonio presidencial sólo ve los Martín Fierro, a pesar de las muchas sospechas de arreglos en sus premios y desechan los Clarín, que "muestran un país que no es"" , según la mirada oficialista.