El genial Juan Carlos Calabró lanzó una sorpresiva y generosa oferta a los canales de televisión.
Invitado en Tiene la Palabra, por TN, contó que tiene guardadas todas las emisiones de los ciclos que protagonizó en la pantalla chica y las ofreció al canal que esté dispuesto a emitirlos, sin cobrarle nada a cambio.
“No quiero un peso; quiero que los más jóvenes, que no pudieron ver esos programas, sepan cómo se hacía humor en los años ’80 y ‘90”, afirmó.
Para los presentes fue extraño escuchar a alguien decidido a ceder el fruto de tantas décadas de trabajo sin exigir una compensación económica a cambio.
Mucho más asombroso es que semejante ofrecimiento tenga lugar en el mundo de la televisión, un ámbito donde todo tiene precio y, en general, un precio alto.
También contó mucho de sus inicios y su rica historia: “Es más fácil que el chancho suba a la antena que que vos trabajes en la televisión”, contó que le respondió su padre cuando le contó que se había anotado para estudiar en el ISER (Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica).
Calabró ingresó en la tele a principios de los ’60 y ahora, con 78 años, se enorgullece de “no haber dicho una sola mala palabra en la TV” durante los 50 años que pasó en ese medio, haciendo reír a los argentinos con El Contra, Aníbal y Johnny Tolengo, entre otros personajes.
El envío de “Tiene la palabra” tuvo un comienzo desopilante, con Calabró metido en el papel de El Contra, confundiendo a Luis Otero con cualquier otra persona.
Como lo hizo durante tantos años en su programa, sólo que improvisando, mientras que, según contó, cuando lo interpretaba con Antonio Carrizo de coequiper, se atenían estrictamente al libreto e invertían tres horas en la grabación de cada invitado, para luego editar el material.