Por Roberto Aguirre Blanco
Sobredosis de fútbol por TV, con "casi" todos
2 de agosto de 2011
A días del inicio del Torneo Apertura 2011, la polémica con el "Fútbol para Todos" vuelve al tapete, y como en las demás oportunidades, ya no es una cuestión de discusión del acceso gratuito, sino la forma de su implementación, el uso político y su financiación.
Pero como ya es un clásico desde 2009, cuando el Gobierno nacional asaltó tomó por asalto el contrato entre la AFA y TyC Sports, cada temporada se suma un punto de conflicto que desnaturaliza el origen genuino del acceso gratuito al fútbol.
El Estado, el gran gerente del fútbol actual, con similares manejos monopólicos como tenían hasta tres temporadas el grupo de TyC, decide qué se ve y que no, y ahora mete mano en el Torneo de la B Nacional, al cual prácticamente lo cercenó.
Así como la primera es "Fútbol para Todos", el ascenso, categoría que entró en la órbita del Estado, es para "casi pocos", y a la vez contradice uno de los pilares de la justicia social, al menos en el fútbol con su nueva consigna: el cuidado y protección de los poderosos y el ostrascismo para los más humildes.
A partir del inicio del Torneo de la B Nacional, sólo se emitirán cuatro partidos de esta categoría -en realidad casi la misma cantidad que hacía TyC- pero solo segmentado a cuatro equipos: River, Huracán, Gimnasia y Central.
¿Cuántas veces en la temporada los hinchas de Almirante Brown, Defensa y Justicia o Deportivo Merlo podrán ver a sus equipo por TV? A lo sumo ocho -todos ante esos cuatro 'grandes'-- contra 12 partidos que emitieron en la temporada 2010/11 de tres de ellos.
En el torneo más federal del fútbol argentino ¿cuántas veces se podrá ver el clásico San Martín de Tucumán y Atlético Tucumán, los choques convocantes como Instituto y los tucumanos; el choque cuyano entre Independiente Rivadavia y Desemparados de San Juan: ni una vez este año según el "Fútbol para todos".
En la grilla inicial tampoco está, en principio, que se puedan ver el clásico entre Atlanta y Chacarita, que hace más de 12 años que no se juega.
Todos estos partidos, más la de los "poderosos" estaban garantizados por el contrato anterior y que ahora nuevamente fue birlado por el Estado.
En tanto, si antes tres canales de aire se dividían 10 partidos de Primera División ahora deberán hacerlo con cuatro mas de la B nacional y por consiguiente, los fines de semana habrá maratones futbolísticas, al menos en dos de esas señales que acaparan más partidos (el 7 y América), y en muchos casos, con superposición de horarios. ¿Quién se beneficia con eso?.
Seguramente el espectador no. El concepto de pensar que a la mayoría le importa solo el fútbol es el primer gran error del Estado y lo demuestran los niveles de rating que en los dos últimos torneos cayeron considerablemente por la gran demanda de oferta.
Si hace tres años el concepto era: pobres de aquellos que no tiene cable y no puede ver le fútbol, a esta contradicción de pobre de aquel que no puede pagar cable y los fines de semana solo tiene dos opciones, sobre cinco señales, para ver algo distinto.
De aquella cuestión casi de bandera de combatir a Fútbol de Primera que le dedicaba cinco minutos a los chicos y una hora y media a los grandes, a este diagrama de B Nacional con sólo partidos de los poderosos mientras se ignoran al resto.
¿No es más de lo mismo, pero con otro nombre?