Muchos en 2009 pensaron que Marcelo Tinelli había perdido el "toque" para transformar la nada en un éxito televisivo, después de un año cargado de vaivenes y demasiados cambios con prueba y error que lo transformaron en una temporada irregular.

Y si bien le alcanzó junto al impulso de "Valientes" para ser una vez más el rey del prime time, había un sinsabor que en 2010 el "cabezón" quiso desterrar.

El chef del rating se paró en el centro de su estudio y armó una comida sabrosa, con los ingredientes picantes de siempre y está vez los sostuvo con mas inteligencia al "no casarse" con ninguno e ir sumando semana a semana nuevos platos que mantuvieron el interés de la gente.

Tinelli, el creador ahora de la televisión de los pasillos, detrás de cámara, corriendo chicas y personal para que vuelvan al piso, encontró una vuelta de tuerca interesante donde nadie es el sostén de ese rating sino las ideas, discutidas si se quiere, pero efectivas de su producción.

Primero fue el reinado de Ricardo Fort, y luego el excesivo protagonismo de su jurado con peleas y denuncias, para luego quitarle el centro al "chocolatero" y dejar que el impulso popular pusiera en ese centro primero a su guardaespaldas "Tito" -¿ alguien hoy lo extraña?- y posteriormente la nueva gran figura del ciclo: Fabio la Mole Moli.

Desenfadado con los códigos de las calles cordobesas, el campeón de peso pesado es la reencarnación de la picardía y la bonomía de Oscar "Ringo" Bonavena, y como él sin un pelo de tonto.

De la mano de La Mole y el afán de "pirata" de Tinelli con su soltería, tras la aparición de la apática Laurita que le trajo Fort, surgió la "Coki", la cordobesa cantante y ahora nueva bailarina que tiene muy claro como es el juego que hay jugar.

Con estas herramientas simples, lejos de la política, los enfrentamientos y las imitaciones, el zar de la TV le está dibujando una sonrisa semi eterna a Adrián Suar que siente que en agosto, después de mucho tiempo, El Trece ganará el rating acumulado del mes.

Y esto no sólo se debe al buen nivel del prime time con "Bailando por un Sueño" y la exitosa novela "Malparida" que arrasan, sino porque desde la factoría Tinelli llegaron tres nuevas ideas que apuntalaron los lados flojos del canal de Constitución.

Primero fue el "Show de la tarde" donde por fin el animador se "avivó" y comenzó a sacarle jugo diario a sus "Bailando" con un ciclo de espectáculos y rebote de lo que pasa en el horario central.

Luego los sábados, el día más flojo de El Trece, primero instaló a los mediodías "la Cocina del Show" con una estructura similar a la "Tarde" y ahora le sumará, a partir de fin mes, un programa ómnibus, al mejor estilo "Badía y Cía" con entrevistas, debates y mucha música.

Hay una buena receta y que produce un efecto mejor. Tinelli vuelve a ser el Rey de la Tele, le guste a quien le guste, y detrás de él, ya sea para elogiarlo o pegarle, ese gran deporte nacional progresista, viven una decena de programas.

Cuando el quitapenas aflora está claro que las Ideas son del Sur y las vaquitas son de Tinellli.