21 de noviembre de 2024
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Por Roberto Aguirre Blanco
El "dulce" de Fort cae como patada al hígado
1 de enero de 2000
05/06710
Le pegan por aquí, le pegan por allá. Lo tratan de “chico malcriado” de “gay” y “prepotente” y ahora también de “mal tipo”, hasta lo quieren hacer responsable de la muerte de un productor. ¿No será mucho?
Lo que es mucho es la sobre dimensión de su personaje y la total falta de humor y cintura (tendrá o será operada) del hombre chocolate para enfrentar a su rivales mediáticos y parecer divertido.
El gran problema de Ricardo Fort es que no quiere famoso, sino que quiere ser figura, y entre una punta y otra de este carretel hay mucho hilo de diferencia.
Está claro que hace un año nadie lo conocía, al menos a nivel televisivo, que sus sobre exposición en el tramo final del Cantando 2009 lo catapultó a esa fama mediática que tanta vedetonga o personaje que anda por allí busca con desesperación.
Pero la supuesta simpatía que generó su grado de ostentación y “soberbia” ahora mutó en un constante mal humor por no poder acceder, con esos mismos billetes que muestra a destajo, a un lugar de figura del medio artístico sin el halo de hombre-escándalo.
Para colmo de males, se enfrenta con personajes que manejan muy bien estos códigos y suelen vapulearlo con la mordacidad de sus lenguas y hasta quedan bien parados ante la opinión pública.
El mejor caso el Fabio “la Mole” Moli quien con su simpatía provinciana y los guiños a la gente se metió “al culiao” en el bolsillo y hasta se dio el lujo de darles consejos.
Por ahí anda ahora Fort queriendo hacer juicios a gente que habla de él y tratando de demostrar su supuesta heterosexualidad, mientras la televisión se “divierte” contando sus supuestas inclinaciones gay.
Hasta esta elección de vida sexual que debería ser privada y manejada sin ese doble sentido tan machista de la TV argentina, hace de Fort un personaje empobrecido justo cuando la sociedad enfrenta un importante debate en el terreno de los derechos de los homosexuales.
A la falta de un Fort en todos lados, ahora aparece uno de sus guardaespaldas convertido en nueva figura de “Showmatch” por el solo hecho de hacerse el “duro” y responder a las órdenes del “chocolatero”.
Parece que ahora el ya famoso ”Tito” será un bailarín mas del programa en remplazo de Lorenzo Lamas que se ausentará por un mes en una apuesta bizarra de Marcelo Tinelli para sostener su buen rating en la temporada 2010.
La pregunta es: ¿Se bancará Fort si Tito resulta más simpático y más personaje que el mismo? Difícil que así sea.
Le pegan por aquí, le pegan por allá. Lo tratan de “chico malcriado” de “gay” y “prepotente” y ahora también de “mal tipo”, hasta lo quieren hacer responsable de la muerte de un productor. ¿No será mucho?
Lo que es mucho es la sobre dimensión de su personaje y la total falta de humor y cintura (tendrá o será operada) del hombre chocolate para enfrentar a su rivales mediáticos y parecer divertido.
El gran problema de Ricardo Fort es que no quiere famoso, sino que quiere ser figura, y entre una punta y otra de este carretel hay mucho hilo de diferencia.
Está claro que hace un año nadie lo conocía, al menos a nivel televisivo, que sus sobre exposición en el tramo final del Cantando 2009 lo catapultó a esa fama mediática que tanta vedetonga o personaje que anda por allí busca con desesperación.
Pero la supuesta simpatía que generó su grado de ostentación y “soberbia” ahora mutó en un constante mal humor por no poder acceder, con esos mismos billetes que muestra a destajo, a un lugar de figura del medio artístico sin el halo de hombre-escándalo.
Para colmo de males, se enfrenta con personajes que manejan muy bien estos códigos y suelen vapulearlo con la mordacidad de sus lenguas y hasta quedan bien parados ante la opinión pública.
El mejor caso el Fabio “la Mole” Moli quien con su simpatía provinciana y los guiños a la gente se metió “al culiao” en el bolsillo y hasta se dio el lujo de darles consejos.
Por ahí anda ahora Fort queriendo hacer juicios a gente que habla de él y tratando de demostrar su supuesta heterosexualidad, mientras la televisión se “divierte” contando sus supuestas inclinaciones gay.
Hasta esta elección de vida sexual que debería ser privada y manejada sin ese doble sentido tan machista de la TV argentina, hace de Fort un personaje empobrecido justo cuando la sociedad enfrenta un importante debate en el terreno de los derechos de los homosexuales.
A la falta de un Fort en todos lados, ahora aparece uno de sus guardaespaldas convertido en nueva figura de “Showmatch” por el solo hecho de hacerse el “duro” y responder a las órdenes del “chocolatero”.
Parece que ahora el ya famoso ”Tito” será un bailarín mas del programa en remplazo de Lorenzo Lamas que se ausentará por un mes en una apuesta bizarra de Marcelo Tinelli para sostener su buen rating en la temporada 2010.
La pregunta es: ¿Se bancará Fort si Tito resulta más simpático y más personaje que el mismo? Difícil que así sea.