Por Leandro Selén
El observatorio más grande del mundo
19 de agosto de 2007
La facilidad experimental de ciencia más grande del mundo se encuentra emplazada en el departamento mendocino de Malargüe, donde comenzó a funcionar el Observatorio Sur Pierre Auger, un emprendimiento científico que incluye a 17 países de todo el planeta y una inversión de 50 millones de dólares.
Se trata de un observatorio de rayos cósmicos, destinado a dilucidar el origen y las características de la radiación cósmica de energía extremadamente alta.
El Observatorio Auger utiliza dos métodos independientes para el estudio de los rayos cósmicos: uno detecta las partículas de alta energía por su interacción con la materia en la superficie de la tierra y otro rastrea en la alta atmósfera la formación de "chubascos" de partículas de menor energía mediante la observación de la luz ultravioleta que es emitida en el proceso.
"El objetivo es estudiar los rayos cósmicos que vienen del espacio exterior, para ver si se puede entender mejor la génesis del universo y tal vez establecer un nuevo tipo de astronomía, con partículas cargadas; y estudiar neutrinos, que son unas partículas también relacionadas con la creación del universo", explicó a Asteriscos, el director del Observatorio Sur, Alberto Echegoyen.
Del Proyecto Auger participan alrededor de 350 científicos de más de 80 instituciones de 17 países, como Alemania, Argentina, Australia, Brasil, Bolivia, Eslovenia, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Italia, México, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa y Vietnam.
El Proyecto Auger consta de dos observatorios, uno emplazado en el hemisferio sur, en Malargüe, y otro en el hemisferio norte, en Lamar, estado de Colorado, Estados
Unidos, que comenzará a construirse dentro de dos años.
El Observatorio Sur consiste de una red de 1.600 detectores de superficie, distanciados a un kilómetro y medio entre sí y cubriendo una superficie total de 3.500 kilómetros cuadrados, lo que lo transforma en la facilidad experimental de ciencia más grande del mundo.
"Colocar detectores en 3.500 kilómetros cuadrados no es fácil, hay que transportarlos a campo traviesa, tiene que ser una pampa, para que los camiones puedan hacerlo, y hay muy pocos lugares en el mundo con estas características. Además, tenía que estar a una latitud determinada para observar el cielo", precisó Echegoyen.
Por eso se eligió Malargüe, por ser "un lugar libre de polución antropogénica, con cielos claros y limpios, y alta capacidad de científicos y técnicos para llevar adelante un megaproyecto como éste, único en el mundo", subrayó el científico.
La financiación la hicieron todos los países intervinientes, pero Argentina, Estados Unidos y Alemania, fueron los que más aportaron, con 10 millones de dólares cada uno.
La inversión local salió de la Comisión Nacional de Energía Atómica y del gobierno mendocino.
El observatorio tiene un centro de visitantes que atiende al público todos los días hábiles a las 17:00, y durante una hora les muestra las instalaciones.
La puesta en marcha del observatorio facilitará la instalación de otras experiencias de este orden en la zona, donde se montarán un instituto para el estudio de ciencias de la tierra y la nanotecnología, y un planetario digital, el primero de este tipo en el país, ya que el de Buenos Aires es analógico.
La idea es crear un polo científico tecnológico en Malargüe.