La mitad de los usuarios de banda ancha corren riesgo de sufrir ataques de una nueva e importante amenaza a la seguridad, denominada "pharming inadvertido", advirtió Symantec.
Los consumidores pueden ser víctimas cuando sus ruteadores caseros de banda ancha son reconfigurados por un sitio web malicioso.
En los ataques tradicionales de pharming, el atacante busca redireccionar a un usuario que visita un sitio web a otro que es falso y lo anterior se puede realizar cambiando el archivo anfitrión en la computadora de la víctima o a través de la manipulación del Sistema de Nombre de Dominio (DNS).
Los ataques inadvertidos de pharming, que constituyen un nuevo tipo de amenaza, se dan cuando el usuario visita un sitio web malicioso y el atacante tiene la habilidad de cambiar los parámetros de configuración de DNS, ya sea en el ruteador de banda ancha o en un punto de acceso inalámbrico.
Los servidores DNS son computadoras que pueden descomponer los nombres de Internet en sus direcciones IP o de "Protocolo de Internet" reales, para que funcionen como "señales o indicadores" de Internet.
Para que dos computadoras se conecten entre sí en Internet, deben conocer las direcciones IP de cada una.
Así, los ataques inadvertidos de pharming son posibles cuando un ruteador de banda ancha no está protegido con una contraseña o cuando un atacante puede adivinar la contraseña, por ejemplo, la mayoría de ruteadores vienen con una contraseña predeterminada muy conocida que un usuario nuevo nunca cambia.
Los ataques inadvertidos de pharming implican el uso de JavaScript para cambiar los parámetros de configuración del ruteador casero de banda ancha del usuario.
Una vez que el usuario pulsa clic en un enlace malicioso, códigos maliciosos de JavaScript son utilizados para cambiar los parámetros de configuración del ruteador del usuario.
Así, en lo sucesivo, cada vez que el usuario navega a un sitio web, la resolución de DNS será ejecutada por el atacante.
La resolución de DNS es el proceso por el cual se determina la dirección de Internet que corresponde al nombre común de un sitio web.
Esto le da al atacante discreción absoluta sobre los sitios web que la víctima visita en Internet.
Por ejemplo, el usuario puede creer que está visitando el sitio web de su banca en línea, aunque en realidad ha sido redireccionado al sitio del atacante.
Estos sitios fraudulentos son casi una réplica exacta del sitio real para que el usuario no reconozca la diferencia.
Una vez que el usuario es direccionado al sitio "bancario" del atacante e ingresa su nombre de usuario y contraseña, el atacante puede robar esta información.
El atacante luego puede acceder a la cuenta de la víctima en el sitio bancario "real" y transferir fondos, crear nuevos cuentas y girar cheques.