(*) Por el Dr. Eduardo Lombardi – M.N: 55019
El síndrome de ovario poliquístico, que afecta a nuestro país entre un 6% y un 8% de mujeres en edad reproductiva, es un trastorno endocrino y metabólico de probable origen genético también influenciado por factores ambientales como la nutrición y la actividad física. Se ha tratado de descifrar el origen de esta patología, pero aun hoy permanece desconocida.
Es una entidad clínica que responde puntualmente a la alteración del metabolismo de la insulina. Presenta ovulación y menstruación poco frecuentes, ovarios con alto número de folículos pequeños, alteraciones de tipo neuroendocrino, entre otras manifestaciones. Corre por carriles paralelos a la resistencia a la insulina, a la obesidad, a otros ejes hormonales alterados y a la esterilidad, como un dominio múltiple en el que interaccionan estas entidades.
Al mismo tiempo, la edad también determina el motivo por el que se consulta. El hiperandrogenismo en la adolescencia; la amenorrea y la fertilidad durante la vida reproductiva; y el efecto del exceso estrogénico y complicaciones como la diabetes en la adultez.
Para controlar este trastorno se requiere un cambio de estilo de vida de la paciente.
Por un lado, se toman medidas higiénico dietarias, el beneficio que produce un descenso del 5% del peso corporal ha sido demostrado en estudios científicos. Esto se debe a que genera un cambio suficiente en el metabolismo de la mujer para retomar un ritmo menstrual normal. Por otro lado, es necesaria la realización de actividad física que acompañe este cambio.
¿Cómo afecta a la fertilidad?
Para las mujeres sin deseos de fertilidad, el tratamiento se basa en el uso de anticonceptivos con bajo efecto androgénico; mientras que para las pacientes que si desean tener hijos, se utilizan fármacos que restituyen la ovulación. En el caso de las mujeres resistentes a estos tratamientos, la opción quirúrgica del “drilling ovárico” es una solución. Por medio de esta cirugía se logra romper el microclima hormonal alterado, normalizando los ciclos menstruales y en muchos casos ovulando espontáneamente. Sin embargo esta técnica quirúrgica no es definitiva.
Si no se logra el embarazo en el término de 1 año, es probable que el cuadro clínico retorne al estado previo a la cirugía.
En todos los casos, las consecuencias de la poliquistosis no finalizan en el logro del embarazo, sino que también se debe monitorear y prevenir patologías a las que estas pacientes se encuentran expuestas en mayor medida, como el aborto, la hipertensión, la diabetes gestacional, el retardo de crecimiento.