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Lo que hay que saber sobre Hepatitis B
28 de mayo de 2009
Los países latinoamericanos deberían implementar estrategias integrales y conjuntas para luchar contra la hepatitis B, una enfermedad infecciosa que cada año mata a 600.000 personas en el mundo, y que es altamente endémica en varias zonas de la región.

Esta afirmación fue realizada por el Grupo Latinoamericano de Expertos en Hepatitis B (GLEHB), que presentó en la Argentina el documento “Recomendaciones para un mejor manejo de la Hepatitis B en Latinoamérica”, con el auspicio de la Asociación Latinoamericana para el Estudio del Hígado (ALEH).

La hepatitis B es una infección producida por el virus de la hepatitis B (VHB) que
ataca el hígado; puede volverse crónica y causar cirrosis, cáncer de hígado o insuficiencia hepática. Se trata de una de las infecciones de transmisión sanguínea y
sexual más creciente en la región.

El Dr. Adrián Gadano, jefe de la Sección Hepatología del Hospital Italiano de Buenos
Aires y coordinador del GLEHB, declaró que “el virus de la hepatitis B (VHB) es
100 veces más infectivo que el VIH y 10 veces más infectivo que el de la hepatitis
C. Y pese a que es prevenible por vacuna, aún hoy es muy prevalente, con nuevos
casos principalmente en la población adulta. Esta infección suele cursar sin síntomas,
y a menudo no se detecta hasta que ya se está en instancias finales, algo lamentable
teniendo en cuenta que existen tratamientos altamente eficaces. Para pacientes que desarrollan cirrosis en fase terminal, el único tratamiento posible es el
trasplante de hígado”.

En Latinoamérica, la situación es dispar. Se estima que el 2% de la población tiene
hepatitis B crónica, con zonas de endemicidad media o alta. Es por eso que el documento sugiere medidas que ayuden a formular una política regional homogénea en
el manejo de la hepatitis B.

Entre las principales propuestas se encuentran: acceso a la vacunación universal
de recién nacidos; ‘rescate’ o vacunación de los pre-adolescentes (ya que el mayor riesgo de contagio comienza en la adolescencia) y de los adultos en riesgo;
detección de personas en riesgo; tratamiento de quienes están infectados con el
VHB; educación a la comunidad médica y a la población en general, y relevamiento
de datos para formular estadísticas sólidas en la región, ya que se desconoce el real
alcance del problema.

Jorge Daruich, jefe de Hepatología del Hospital de Clínicas José de San Martín, UBA y también Coordinador del GLEHB, remarcó la necesidad de educar a la comunidad médica y a los pacientes en relación a las opciones terapéuticas. “En los últimos años se produjeron importantes avances en el desarrollo de nuevas drogas, y disponemos de múltiples opciones terapéuticas. No obstante, cuando el paciente no recibe la medicación adecuada se puede perjudicar su tratamiento posterior, ya que aumenta la predisposición a generar resistencia a otras drogas. La elección va a depender de las características del paciente, del estadio de la lesión hepática y de las características del virus, que deben evaluar los expertos en esta materia”.

Por su parte, el Dr. Hugo Cheinquer, profesor de Hepatología de la Universidad Federal
de Río Grande del Sur, Porto Alegre, Brasil, y miembro del GLEHB, destacó la importancia de vacunar “a toda la población (vacunación universal) contra la hepatitis B para prevenir la enfermedad. Además, es fundamental identificar a las personas pertenecientes a grupos en riesgo que puedan tener la infección crónica, y
efectuarles el test de detección. Una vez hecho el diagnóstico, el tratamiento debe ser individualizado.

Gracias a las diversas medicaciones disponibles, es posible evitar la evolución
de la enfermedad e incluso el trasplante de hígado”. Los principales factores de riesgo para la infección por VHB son: madre, hermanos o contactos sexuales VHB-positivos; comportamiento sexual de riesgo; uso de drogas inyectables;
hemodiálisis; historia de transfusión; piercings, tatuajes; y ser VIH-positivo, entre
otros.

“En Perú, por ejemplo, hay entre 500 y 700 mil portadores del VHB; si no identificamos a estas personas y las tratamos, no sólo van a tener cirrosis y cáncer, sino que además van a ser quienes contagien a otras personas. Si no se hace nada, la erradicación será en 70 años; si se las trata, podemos esperar que la erradicación de la hepatitis B se logre en un plazo mucho más corto”, comentó el Dr. Herman Vildósola Gonzales, profesor principal de Medicina de la Universidad de San Marcos, Perú y ex-presidente de la Asociación Peruana para el Estudio del Hígado, quien también participó del GLEHB.

La Dra. Lucy Dagher, médica gastroenteróloga y hepatóloga en la Policlínica Metropolitana y Centro Médico Docente La Trinidad, Caracas, Venezuela, señaló que
“esta coalición latinoamericana ofrece una estrategia global, adaptada a la realidad
política y geográfica heterogénea de nuestro continente, con la finalidad de reducir o
erradicar la enfermedad a largo plazo, tomando como experiencia las políticas de
salud exitosas implantadas en otras regiones (Asia, Europa y Norteamérica)”.

Principales recomendaciones del documento
· La ALEH y las Sociedades de Hepatología nacionales y sus filiales, así como las autoridades sanitarias y ONGs, deben desempeñar un papel primordial en el reconocimiento de la hepatitis B como un problema significativo de salud pública y en el desarrollo de una estrategia cohesiva para asegurar su prevención, control y manejo
apropiados, como así también lograr el apoyo de las autoridades Nacionales de Salud
en toda la región.

· Toda Latinoamérica debe seguir las recomendaciones de la OMS sobre vacunación
y adoptar una política uniforme de vacunación universal de todos los lactantes y
adolescentes.

· Se necesita una mejor información para los profesionales de la salud, el público
en general y los grupos en riesgo de infección con el virus de la hepatitis B, para
asegurar que se adopten las medidas de prevención adecuadas y que se guíe a las
personas infectadas hacia las opciones de tratamiento apropiadas.

· Es necesario realizar esfuerzos específicos para prevenir la propagación de la
hepatitis B, particularmente en reclusos, usuarios de drogas inyectables e inmigrantes.

· Se necesita de manera urgente una vigilancia a nivel de Latinoamérica de los
casos de hepatitis B, tanto aguda como crónica, para permitir que se evalúe el impacto
total de enfermedad y se introduzcan políticas efectivas donde éstas se necesiten más.

· Se necesitan fondos sostenibles y renovables a nivel nacional para asegurar
que todas las personas afectadas por la hepatitis B reciban los más altos estándares de cuidado disponibles.

· Debe mejorarse el acceso a las terapias, debido a que éstas desempeñan un
papel primordial para reducir las muertes evitables y ayudar a prevenir
una mayor propagación de la enfermedad.

· Es necesario capacitar a los profesionales de la salud para asegurar que se implementen los lineamientos de tratamiento adecuados y que se ofrezca a los
pacientes el espectro completo de prevención, detección y opciones de tratamiento durante todo el curso de su enfermedad.

· Deben fomentarse y financiarse la investigación básica y clínica a nivel latinoamericano con el fin de mejorar nuestro conocimiento de la enfermedad, su historia natural y complicaciones, para mejorar el cuidado actual y desarrollar terapias innovadoras.

Argentina y la hepatitis B
Con respecto a nuestro país, el Dr. Gadano afirmó: “Tenemos bolsones de hepatitis
B, pero muchas poblaciones de alta prevalencia no están relevadas, lo que marca
la necesidad de estudios epidemiológicos con financiación estatal”.

Además, si bien en nuestro país la vacuna está en el Calendario Nacional de Vacunación
y se debe aplicar al recién nacido y al pre-adolescente, “lamentablemente no se da en forma universal, porque el acceso no es completo en todas las maternidades del país. Hoy, no se sabe cuánta gente está vacunada y cuánta no. Necesita-mos relevar esa información, desde el estado y con ayuda de las sociedades médicas”,
subrayó.

En cuanto a la detección, “hay que educar a los profesionales de la salud para que
le pidan el test para detectar la hepatitis a la población en riesgo, sobre todo porque es una enfermedad asintomática que puede progresar en silencio, y si uno no la va a buscar, no la detecta ni la puede tratar, la enfermedad se manifiesta cuando ya es tarde. Una vez detectada la enfermedad, es muy importante que las políticas sanitarias locales garanticen el acceso al tratamiento para la población que lo requiere”, aconsejó el Dr. Gadano.