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2 millones de argentinos sufren hipotiroidismo
28 de mayo de 2009
El hipotiroidismo es una enfermedad generalmente autoinmune que ocurre cuando el organismo no produce suficiente hormona tiroidea, lo que genera un enlentecimiento del metabolismo. Las complicaciones a largo plazo del hipotiroidismo, en aquellos casos que aunque infrecuentes progresan hacia la forma severa de la enfermedad, pueden ser graves e incluyen una frecuencia cardíaca tan lenta que puede llegar al coma, un aumento de la presión arterial y elevación de los niveles de colesterol (dos
de los más significativos factores de riesgo para enfermedad cardiovascular) e infertilidad.

“La glándula tiroidea participa activamente en la regulación del metabolismo corporal durante toda la vida. El correcto funcionamiento de la tiroides es esencial inclusive desde que el feto se gesta en el útero, dado que contribuye directamente a la correcta formación de todos los órganos y tejidos”, explicó la Dra. Laura Ward, Vicepresidente del Departamento de Tiroides de la Sociedad Brasilera de Endocrinología.

Los síntomas del hipotiroidismo varían de una persona a otra, pero un gran problema es que suelen confundirse comúnmente con otras entidades como el embarazo, la menopausia o la depresión. Los principales son decaimiento, intolerancia al frío, reflejos retardados, depresión, menstruaciones anormales, dolor articular, uñas y cabellos finos y quebradizos, entre otros.

En el marco del XIII Congreso Latinoamericano de Tiroides (LATS 2009), llevado a cabo
recientemente en Brasil, el comité organizador brindó una conferencia abierta al público denominada ‘Dolencias de la tiroides’, en la que reconocidos especialistas conversaron con el público en profundidad acerca de todo lo vinculado a los trastornos de esta glándula y respondieron las preguntas de los presentes.

La Dra. Ana Luiza Maia, Presidente del comité organizador del XIII Congreso
Latinoamericano de Tiroides sostuvo que es esencial que la población reconozca los
síntomas de los trastornos de la tiroides y pueda acudir al especialista, de manera de poder tratar a tiempo estas patologías.

“Por eso nos acercamos a la comunidad con esta conferencia abierta, para compartir y discutir sobre todo lo que pueda agregarle conocimiento al público”.

Para la especialista argentina, la Dra. Gabriela Brenta, miembro de la división
de endocrinología del Hospital César Milstein (ex Hospital Francés), “si existe la
sospecha por antecedentes familiares, la presencia de síntomas o anomalías en la
palpación de la tiroides, el especialista debe solicitar la realización del análisis de sangre que permite detectar con certeza la presencia de alguna patología
vinculada a esta glándula”.

“Existe un subdiagnóstico de estas enfermedades, sobre todo vinculado al
hipotiroidismo subclínico, que consiste en la alteración del funcionamiento de la
tiroides, pero con la ausencia de los síntomas característicos”, manifestó la
presidente del Congreso LATS.

A este respecto, la Dra. Gabriela Brenta, que también es miembro de la Comisión Directiva y Departamento de Tiroides de la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo, refirió que el hipotiroidismo subclínico se define en función de los análisis bioquímicos de laboratorio y no de los síntomas. “Uno puede poseer sus niveles hormonales alterados y no ser consciente de ello. El médico debe realizar los exámenes necesarios para detectarlo”.

“El hipotiroidismo subclínico se diferencia del severo, porque no necesariamente debe ser tratado de inmediato después de haber sido diagnosticado. Sin embargo, hay momentos en los que es particularmente importante que se identifique a tiempo, como son los casos del embarazo y la búsqueda del embarazo”, afirmó la Dra. Brenta.

“En el consultorio recibo constantemente mujeres que llegan, por ejemplo, en su sexto mes de embarazo con niveles de estas hormonas tiroideas alterados, y eso es porque su médico no le solicitó el análisis a tiempo”, continuó.

El número de mujeres que padecen hipotiroidismo duplica al de hombres y los individuos de mayor edad tienen un riesgo más elevado de presentar esta patología. Para la Dra. Laura Ward, existe una serie de factores que podrían predisponer al hipotiroidismo. “El estrés es uno (se notificó un significativo aumento de hipotiroidismo durante la última guerra de Bosnia, por ejemplo); la exposición a determinadas sustancias químicas (algunas son contenidas por los cigarrillos) también aumentarían el riesgo; y medicamentos muy específicos (como la amiodarona) podrían influir en su desarrollo”.

La glándula tiroides es un órgano pequeño con un enorme impacto. Produce y almacena las hormonas tiroideas y las libera a la sangre, regulando así el metabolismo corporal. “Está ubicada en la sección cervical anterior del cuello, por encima de la traquea. Con frecuencia es sencillo procurar su alteración, debido a que se percibe a simple vista la hinchazón de nódulos alrededor de la nuez de adán. No obstante, la presencia de nódulos no necesariamente representa que haya patología tiroidea. Ésta debe constatarse a través de un análisis de sangre”, agregó la Dra. Ward.

La tiroides regula todas las funciones de los órganos. Sobre este punto, la Dra. Maia
ejemplificó que “si la hormona tiroidea funciona bien, el corazón late correctamente. Si no funciona bien, comienza a latir más lentamente. Además, es determinante en el cerebro con respecto a las conexiones neuronales; también está vinculada a la presión arterial, a la salud de las arterias, a todos los órganos”.

Tratamiento del hipotiroidismo
La medicación de reemplazo diario de hormona tiroidea (levotiroxina) es el patrón de oro del tratamiento. Éste por lo general es de por vida y el paciente debe tomarlo aunque se sienta bien. Los síntomas pueden demorar varios meses en desaparecer.

De acuerdo con la Dra. Gabriela Brenta, para poder llevar bien su enfermedad, “quienes
padecen trastornos tiroideos deben tener en claro que necesitarán visitar al endocrinólogo una o dos veces al año en forma permanente. Es frecuente que acudan a la consulta luego de un período de tiempo de no hacerlo, y presenten valores muy alterados de las hormonas tiroideas, y esto se debe a que la medicación no está bien reglada y controlada. En ese caso, existe el riesgo real de que estén sobremedicados y que enfrenten consecuencias serias para su salud por ello”.

En la misma línea, la Dra. Maia aconsejó que para el correcto control de su enfermedad, “lo mejor que puede hacer un paciente con trastornos tiroideos es visitar al especialista, seguir el tratamiento farmacológico con la frecuencia y la dosis que se le indican, además de cuidar su salud a través de las medidas que cualquier persona sana debería tomar, como mantener una dieta balanceada y realizar actividad física”.

Otra patología vinculada a la glándula tiroides es el hipertiroidismo, conocido también como tiroides hiperactiva. Éste ocurre cuando hay un exceso de hormona tiroidea en el organismo, lo que acelera el metabolismo corporal. La enfermedad de Graves, una enfermedad autoinmune hereditaria, es responsable de 70% de todos los casos de hipertiroidismo.

“Entre el hipotiroidismo y el hipertiroidismo, es marcadamente más frecuente el primero, aunque puede representar mayor gravedad el hipertiroidismo, dado que en muy poco tiempo el paciente puede descompensarse desde el punto de vista cardiológico”, explicó la Dra. Gabriela Brenta.

Los principales síntomas son la sensación de debilidad, la hipersudoración, las palpitaciones cardíacas, los ojos prominentes que miran fijamente, la pérdida de peso, la ansiedad e irritabilidad, el insomnio, el aumento de la frecuencia de deposiciones, temblor de manos, entre otros.

El hipertiroidismo no tratado puede ser muy grave y provocar desde una arritmia cardiaca (ritmo irregular de las contracciones del músculo cardíaco) hasta ataques al corazón. Además, especialmente en mujeres posmenopáusicas, aumenta el riesgo de presentar osteoporosis y fracturas potencialmente fatales. En el embarazo también es muy grave: si no se lo trata, puede provocar problemas como aborto espontáneo, retraso del crecimiento del bebé en el útero, adelanto del trabajo de parto y parto prematuro, hipertensión, y defectos físicos en el bebé.

Hay una serie de tratamientos que interrumpen la producción excesiva de hormona tiroidea: drogas antitiroideas, terapia con yodo radiactivo para destruir las células tiroideas y cirugía para extirpar parcialmente la glándula tiroidea, lo que probablemente provoque hipotiroidismo.