Son más que conocidas en todo el mundo las propiedades de la aspirina, el analgésico antiinflamatorio más estudiado y famoso que, desde su descubrimiento hace más de 110 años, se ha convertido en uno de los medicamentos de mayor interés científico. Lo que no es tan conocido es cómo la aspirina sirvió de inspiración a importantes escritores, directores y compositores, que la incluyeron en sus obras y canciones.
Se ha hecho mención de la aspirina en unos 100 libros. Gabriel García Marquez escribía en Crónica de una muerte anunciada: “La había despertado cuando trataba de encontrar a tientas una aspirina en el botiquín del baño”. Por su parte, Ramón Gómez de la Serna escribía en Grueguerías: “La luna es la pastilla de aspirina que de vez en cuando…” y José Ortega y Gasset escribió en La Rebelión de las masas: “La vida del hombre medio es hoy más fácil, cómoda y segura que la del más poderoso en otro tiempo. ¿Qué importa no ser más rico que otros si el mundo lo es y le proporciona magníficos caminos, ferrocarriles, telégrafos, hoteles, seguridad corporal y aspirina?”.
La aspirina también estuvo presente en la pantalla grande. El célebre creador y director de cine Woody Allen escribió en 1969 la obra “Aspirina para dos”, rememorando un diálogo de la película “Casablanca” entre Humphrey Bogart e Ingrid Bergman.
También la encontramos en la música; el cantante Juan Luis Guerra en dos de sus más populares canciones nombra este increíble descubrimiento: “me sube la bilirrubina… y no lo quita ni la aspirina…”, y en su más reciente CD “No es lo mismo ni es igual”, canta: “no le cambien el color a la aspirina”.
La aspirina es un principio activo cuyas primeras y más conocidas indicaciones lo muestran como analgésico, antiinflamatorio y antifebril; bien tolerado y eficaz para aliviar dolores de cabeza, musculares y articulares.