La Fundación Cardiológica Argentina (FCA), brazo hacia la comunidad de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), alerta acerca de la amenaza que representa el tabaquismo pasivo para la salud de los niños. El 68% de los niños y adolescentes en Argentina respira habitualmente aire contaminado con humo de tabaco. Los principales lugares adonde se someten a las agresiones del cigarrillo son el hogar y el automóvil.
“El fumador pasivo sufre las mismas consecuencias que el fumador activo: aumento del riesgo de padecer cáncer de pulmón y enfermedad cardiovascular, trastornos en la respiración y en los oídos, irritación, dolor de garganta e inflamación de la mucosa, entre otros. Particularmente, en niños produce bronquitis, inflamación de las conjuntivas oculares, desencadenamiento y empeoramiento de cuadros de asma e hiperactividad”, afirmó Ana Tambussi, co-coordinadora del Grupo Tabaco de la Fundación Cardiológica Argentina.
Además, investigaciones establecen que los esposos o esposas de fumadores, inclusive cuando no comparten demasiadas horas por día en el hogar, presentan entre 30 y 40 por ciento más de posibilidades de desarrollar cáncer de pulmón y enfermedad cardiovascular, por lo que los niños también padecerían estas consecuencias.
“Existen madres tremendamente preocupadas por la inmunización de sus hijos, que cumplen con el programa de vacunación al día y llevan al chico con frecuencia al pediatra. No obstante, paradójicamente, fuman en el hogar o en el auto”, agregó la Dra. Tambussi.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud muestra cómo algunas madres sientan a su hijo pequeño en una silla especial en el asiento de atrás del automóvil y le aplican el cinturón de seguridad, aunque luego se acomodan al volante y encienden un cigarrillo.
“Los padres fumadores no tienen una dimensión concreta de la gravedad que esto representa. Es imprescindible impartir mensajes a los padres para que no fumen frente a sus hijos, y para que los alerten a ellos de que se mantengan lejos de los lugares adonde se permite fumar”, enfatizó Tambussi.
“Estas enseñanzas son críticas para fomentar la salud en la infancia y para reducir el riesgo futuro de cáncer. Trabajando todos juntos contribuiremos a una paulatina formación de generaciones más saludables”.
Desde la Fundación Cardiológica Argentina, a través del Programa Educando, se entrena a los docentes para que sean capaces de detectar cuándo los alumnos están expuestos al humo de tabaco (el olor se impregna fuertemente en la ropa) y puedan convocar a los padres y explicarles todos los riesgos asociados al tabaquismo pasivo.
Otra cuestión de suma importancia es la referida al tabaquismo pasivo del feto. “Existe un porcentaje elevado de madres que no logra dejar de fumar durante el embarazo, aunque además hay muchas otras que son fumadoras pasivas en el hogar o en el trabajo durante ese período. El humo de tabaco afecta directamente al feto, pudiendo provocar cuadros de bajo peso al nacer, algo que aumenta en gran medida la mortalidad”, especificó la especialista.