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El riesgo de las hemorragias post parto
18 de mayo de 2008
La hemorragia post parto, estrechamente vinculada al aumento de cesáreas y segunda causa de muerte materna en la Argentina luego del aborto, ya se da en el 6
por ciento de los embarazos, y una nueva técnica que se aplica en el país abre una puerta de expectativa para tratarla con éxito.

Esta técnica, creada en los países centrales, reduce en forma sustancial los riesgos, y sus avances serán presentados este jueves en el marco de las Jornadas de Obstetricia del Hospital Británico.

La hemorragia post parto, segunda causa de muerte materna en la Argentina luego del aborto no legal, aumentó su incidencia diez veces en los últimos cincuenta años.

En la actualidad ocurre en el 6 por ciento de los embarazos y la principal causa de esta tendencia es el aumento en la cantidad de cesáreas y el consecuente trastorno en la adherencia placentaria que la cicatriz de la cesárea puede ocasionar (acretismo placentario).

La práctica más extendida es la aplicación de drogas para estimular la contracción del útero, el taponaje del canal de parto para detener el sangrado mediante presión y la corrección de los trastornos de la coagulación si los hubiera.

Cuando todo esto falla se debe adoptar una conducta quirúrgica, que en muchos casos termina con la extracción del útero con la consiguiente pérdida de la fertilidad.

Desde hace dos años, el Hospital Británico de Buenos Aires y algunos centros especializados tratan estos casos con la "embolización por cateterismo arterial".

Consiste en introducir por arterias de la ingle o del brazo pequeños tubos plásticos que, mediante control radiológico se llevan hasta las arterias uterinas y vaginales y, utilizando especialmente unas partículas de esponja de gelatina, se obstruye la circulación, cediendo la hemorragia.

Los especialistas destacan que la amplia mayoría de estos cuadros terminaba en extracción de útero, mientras que con la embolización por cateterismo arterial, esta tasa se redujo a la mitad.

En todos los casos, se comprueba que la menor pérdida de sangre acorta sustancialmente los tiempos de recuperación, indicaron los especialistas que llevan adelante esta técnica.