El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires prohibió la fabricación, venta y prescripción de medicamentos y/o preparados magistrales que contengan sustancias ansiolíticas, hormonas y anorexígenas para adelgazar.
La medida, que abarca a todo el territorio provincial, fue dispuesta mediante el decreto 1.691 firmado por el gobernador Felipe Solá, al constatarse que esos "cócteles" de preparados para adelgazar conllevan "un grave riesgo para la salud humana".
"Prohíbese en el ámbito de la provincia de Buenos Aires, la fabricación, manipulación, comercialización, prescripción y uso de medicamentos industrializados o preparados magistrales conteniendo sustancias ansiolíticas, asociadas con sustancias simpáticolíticos y parasimpaticolóticos", precisa el artículo 1 del decreto publicado en el Boletín Oficial.
También se prohíben los medicamentos o preparados magistrales conteniendo sustancias anorexígenas asociados con otras sustancias, como los diuréticos, laxantes y hormonas".
El decreto remarca que "la utilización de fármacos para reducir el apetito debe realizarse solamente como apoyo a la estrategia principal de tipo dietética, de aumento de la actividad física y modificación de la conducta en razón de las limitaciones que tiene el tratamiento farmacológico por los factores de riesgo".
Además, indica que los medicamentos anorexígenos estimula el sistema nervioso central "con una rápida inducción a la adicción" y puede producir insomnio, impotencia sexual y agitación, palpitaciones, taquicardias, arritmias, hipertensión arterial, dolores abdominales, episodios psicóticos y convulsiones.
"Se debe tener en cuenta que los medicamentos para la obesidad no curan esa condición", afirma el decreto y agrega que sólo deben utilizarse "como ayuda y como monodrogas" y agrega que los tratamientos "no deben ser mayores a 6 meses".