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Vacaciones y viajes: consejos para la salud
5 de octubre de 2007
A la hora de organizar un viaje – ya sea por trabajo, necesidad o placer – la gente trata de tomar los recaudos suficientes para prevenir cualquier inconveniente que puedan tener y que pueda verse agravado por el hecho de encontrarse en un lugar que no es familiar. Jorge Falcón, director Médico de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina, ofreció una serie de recomendaciones y consejos para poder ser cautos a la hora de planear viajes o vacaciones, y de esta forma, lograr hacerlo con tranquilidad y sin sobresaltos.

Automóvil:
Para aquellos que viajan en auto, se recomienda respetar el uso obligatorio del cinturón de seguridad, que, aunque algunos lo consideran incómodo, es imprescindible para disminuir el riesgo en cualquier accidente.

Aunque el botiquín para primeros auxilios sea obligatorio, su utilidad real suele reducirse a heridas o dolores menores, ya que a veces solemos colocar dentro elementos de protección básica o algunos que no conocemos cómo se usan, como apósitos adhesivos, aspirinas, gasas, desinfectantes. En los casos de accidentes más graves, en los que una persona herida no se pueda mover por sus propios medios y deba desplazarse obligatoriamente de dónde está, lo ideal es una camilla, que la mayoría de las veces no estará a nuestro alcance inmediato. Lo más apropiado sería usar una puerta cercana, ya que sobre una superficie dura disminuye la posibilidad de desplazamiento de columna, y sobre todo sostener la cabeza derecha y evitar movimientos laterales y anteroposteriores.

De todas maneras, lo más recomendable es llevar un teléfono celular con los números telefónicos de emergencias, ambulancias de ruta, hospitales cercanos y policía del área donde uno se desplace, ciudad, ruta o autopista. También se debe llevar los números telefónicos de los auxilios mecánicos, sobretodo si se viaja de noche o en rutas que no sean muy transitadas.

Además, los consejos habituales a la hora de viajar – como parar cada dos horas a movilizar las piernas y aliviar tensión lumbar, no beber alcohol ni comer en forma abundante si se va a manejar – siguen siendo útiles a la hora de tomar las precauciones necesarias al viajar en automóvil. Otras recomendaciones menos conocidas – no viajar con la vejiga llena, ya que en caso de accidente con traumatismo en la zona pelviana hay más facilidad de ruptura, lo que puede ocasionar daño interno – también deben ser tenidas en cuenta, a fin de evitar correr riesgos innecesarios durante las vacaciones.

Avión:
A los que viajan en avión, se les recomienda estirar las piernas o caminar unos minutos por los pasillos cuando el vuelo supera las dos horas de duración, con el fin de disminuir el riesgo de patologías consecuentes a la inmovilidad de las piernas en una posición estrecha, como es clásicamente la del asiento de avión. La más conocida es la tromboflebitis de miembros inferiores, pero su consecuencia, la embolia de pulmón, es el mayor riesgo que se corre en estos casos. Por otro lado, para las personas que tengan una enfermedad venosa previa en miembros inferiores (como haber tenido ya un episodio de flebotrombosis) es aconsejable usar medias de sostén apropiadas durante el viaje.

Para la molestia en los oídos durante el despegue o aterrizaje, bastará mascar chicle o bostezar, métodos simples que atenúan las consecuencias del dolor que produce el cambio brusco de presión. En caso de congestión en vías aéreas superiores (rinitis, sinusitis, etc.), conviene consultar al médico de cabecera para prepararse con medicación descongestiva (antihistamínicos, etc.) antes de viajar.

En el caso de jet – lag, que suele producirse durante los viajes intercontinentales en los que haya más de 4-5 horas de diferencia horaria entre salida y destino, se aconseja tomar melatonina 3 mg por noche para minimizar su efecto. Es preferible tomar la primera dosis a la ida cuando comienza la hora de dormir en el lugar de destino, y a la vuelta en el horario en que sea la hora de dormir en el punto de regreso. En ambos caos se seguirá tomando un comprimido por noche por un número de días equivalente al número de horas de diferencia (Para Oceanía por ejemplo, en que hay unas doce horas de diferencia, se tomará 12 días seguidos a la ida, y 12 a la vuelta).

Vacunas y profilaxis:
Aquellos que viajan a zonas donde existe riesgo de contagio de enfermedades, deben tener en cuenta algunas medidas preventivas como las vacunas para el viajero o profilaxis con medicamentos, muchas de las cuales cumplen función similar.

Las vacunas pueden ser de dos tipos: las que están indicadas en función del lugar donde se viaja, para protegerse de una enfermedad que es común en el lugar de destino como, por ejemplo, el tomar antimaláricos si se viaja a Sudáfrica, o la vacuna de fiebre amarilla para el Amazonas y zonas selváticas del norte de Sudamérica. Por otro lado, están las que exige el país de destino en función del país de origen: por ejemplo, la misma vacuna para fiebre amarilla exigida por Singapur para viajeros de Sudamérica, que entran al país a menos de 6 días de haber salido de su país de origen. En estos casos, el país destino presupone que en el de origen existe esa enfermedad y exige la evidencia de protección contra la misma.

Más allá de las exigencias protocolizadas para cada región, el viajero debe tener en cuenta la vacunas que debería aplicarse, independientemente de adónde vaya: vacuna antigripal y antitetánica actualizadas, y para el que viaja en forma frecuente, es recomendable la de hepatitis A y B.

Para información sobre vacunaciones y medicamentos preventivos antes de un viaje, pueden consultarse los servicios respectivos de hospitales, obras sociales y prepagas (generalmente catalogados como Centros de Vacunación en las cartillas). En internet: http://www.ine.gov.ar/, del Instituto Malbrán, la página del laboratorio Sanofi http://www.sanofipasteur.com.ar/sanofi-pasteur/, que tiene un apartado de Vacunación del viajero, y la del Centro de Control de Enfermedades de EEUU (CDC) http://www.cdc.gov/travel.

Clima:
Es otro factor importante a tener en cuenta para las vacaciones, sobretodo cuando el destino es un lugar donde la temperatura, humedad o sequedad del ambiente son muy diferentes en relación al lugar que uno habita. Lo ideal es informarse previamente y llevar la ropa adecuada, ya sea para el calor o los fríos excesivos; como así también evitar hacer grandes esfuerzos físicos durante los primeros días de estadía para una mejor y gradual adaptación al nuevo clima. En reconocidos sitios con información climática se puede consultar el pronóstico en cualquier parte del mundo con 10 días en avance.

Agua:
Otro punto importante son las precauciones tienen que ver con los aspectos estructurales del país de origen, principalmente la posibilidad de acceso al agua potable. En varios lugares de Latinoamérica, por ejemplo, donde según estudios del Banco Mundial hay 116 millones de personas sin acceso a agua potable, debemos ingerir obligatoriamente agua mineral para evitar inconvenientes con agua que pudiese estar contaminada. Otra opción es usar pastillas potabilizadoras de agua, que deben ser utilizadas a discreción y según indicaciones farmacológicas.

En la actualidad, se denomina agua potable a la tratada para su consumo humano según estándares de calidad determinados por las autoridades locales e internacionales. Las causas de la no potabilidad del agua pueden ser varias: bacterias, virus, minerales (en formas de partículas o disueltos), productos tóxicos, depósitos o partículas en suspensión.

En conclusión, adonde sea que viajemos, por vacaciones o negocios, lo ideal es informarnos lo más exhaustivamente posible sobre el destino elegido, además de tomar los recaudos necesarios para evitar trastornos, como llevar un botiquín, usar cinturón de seguridad en el auto, beber agua segura o vestirnos con la indumentaria adecuada al clima del lugar. De esta manera podremos, pasar unas vacaciones placenteras y disfrutarlas de la mejor forma posible, y, si el viaje es por trabajo, lograr sentirnos seguros cuando estamos lejos de casa.