Ya se está implementando en el país un nuevo método para tratar el cáncer de próstata en forma mínimamente invasiva, ambulatorio y con muy baja incidencia de complicaciones. Se trata de Ultrasonido Focalizado de Alta Frecuencia (HIFU, por sus siglas en inglés), un procedimiento que concentra energía de ultrasonido en la próstata y la destruye por calor. El primer equipo HIFU de Sudamérica está funcionando en el Centro de Urología (CDU), en Buenos Aires.
El sistema tiene como objetivo eliminar la próstata en los casos de tumor localizado, con resultados semejantes a los obtenidos con cirugía o radioterapia, pero con bajas tasas de incontinencia, impotencia y alteraciones intestinales. Se trata de una alternativa terapéutica novedosa para esta patología, que es la segunda causa de muerte por cáncer en el hombre mayor de 50 años, y que en nuestro país afecta a unos 30.000 hombres al año, según proyecciones.
El Dr. Marcelo Borghi, director del CDU, comentó que “este método se suma a las otras opciones existentes (radioterapia, braquiterapia -‘semillas’ radiactivas- y cirugía.) Se utiliza para carcinoma de próstata localizado, es decir, cuando el cáncer aún no se ha extendido fuera de la glándula, y permite que a las dos horas el paciente se vaya a su casa”.
“El método es utilizable en hombres de todas las edades, con criterio curativo, y la única restricción es el tamaño de la glándula, que debe encuadrarse dentro de determinados parámetros”, agregó el especialista. “Es importante aclarar que las alternativas actuales tienen plena vigencia; el HIFU se suma a ellas en el arsenal terapéutico del urólogo”.
Asimismo, el Dr. George Suárez, director médico de US HIFU -la empresa que desarrolló este equipamiento, describió: “El HIFU se realiza en quirófano bajo anestesia. Se introduce por vía transrectal un transductor que toma imágenes y emite un ultrasonido focalizado de alta frecuencia; esto produce calor, destruyendo el tejido. No causa sangrado, y las tasas de incontinencia, impotencia y recurrencia del cáncer son muy aceptables”.
El HIFU puede emplearse cuando el cáncer reaparece (‘recurrencia’) después de terapia radiante o cirugía.
Luis Montes de Oca, médico urólogo y también director del CDU, destacó: “Si bien no existe una terapia infalible, ésta, a diferencia de las demás, permite un segundo o tercer tratamiento posterior. Mientras que la cirugía, la radiación y la braquiterapia son irrepetibles, el HIFU no cierra la puerta para que el paciente o el médico elijan otra alternativa terapéutica”.
El equipo alojado en el CDU, denominado “Sonablate 500”, requirió una importante inversión y los médicos debieron capacitarse en Canadá y México para operarlo. Posee un transductor que emite una energía de 1 a 2 watts por cm3, y en el punto focal esa potencia pasa a 2.000 watts, lo que eleva la temperatura a 100ºC. Esto produce una coagulación necrótica: el tejido muere.
El HIFU se utiliza desde hace más de diez años en la Unión Europea, Canadá, Japón, otros países de Asia, Centroamérica y África. La Food and Drug Administration (FDA) de los EE.UU. le concedió carácter de Investigational Device Exemption (IDE), para usarlo en un estudio ‘urgente’ (fast-track) que está evaluando su eficacia y seguridad en recurrencia tras radioterapia o braquiterapia.
No obstante, el Dr. Edgardo Becher, también director del CDU, aseguró que “no significa que esta nueva técnica vaya a reemplazar a las conocidas. Cuando se diagnostica cáncer de próstata, primero hay que ver si el paciente debe tratarse, porque ello depende de su estado general, su edad y otras condiciones, y después determinar cuál es el método más adecuado a utilizar”.
“Un gran avance de esta tecnología es que logra mirar y tratar al mismo tiempo. Este logro, de tratar mirando la zona problema, nos da garantías de seguridad y eficacia”, resaltó el Dr. Borghi.
El cáncer de próstata además de ser la segunda causa de muerte asociada a cáncer en éste grupo de personas es de una alta prevalencia. “Se dice que si un hombre vive lo suficiente, es casi seguro que va a tener cáncer de próstata, pero esto no necesariamente tiene relevancia clínica”, insistió el Dr. Becher.
En Argentina, siguiendo proyecciones de estadísticas internacionales, se calcula que 30.000 hombres padecen esta enfermedad cada año. En los EE.UU. se presentan 240.000 casos nuevos por año, y 50.000 casos recurrentes por radiación. Pero diversas razones, incluyendo el envejecimiento de la población y la aparición de esta patología en hombres más jóvenes, están agravando la situación.
El cáncer de próstata suele ser asintomático porque crece muy lento; en ciertos casos es más agresivo y se extiende al resto del organismo. Para diagnosticarlo, se recomienda hacer una consulta al urólogo cada año; con tacto rectal y análisis de sangre. Es posible detectar la presencia de un nódulo o de marcadores en sangre (antígeno prostático específico – PSA) que determinen si la persona puede tener cáncer de próstata.
El tratamiento actual consiste en extirpar la próstata mediante cirugía; irradiarla con radioterapia o con ‘semillas’ radioactivas. En los casos muy avanzados, o en forma asociada, se utiliza la hormonoterapia para eliminar la testosterona en sangre y reducir temporariamente el crecimiento del tumor.