La radioinmunoterapia es una nueva alternativa contra el Linfoma no Hodgkin que y permite atacar con mayor precisión y poder a ese mal, que se diagnostica a entre 5 y 7 de cada 100.000 personas cada año, y con menos efectos colaterales.
A diferencia de la quimioterapia y de la radioterapia, la radioinmunoterapia se dirige de manera específica a las células malignas sobre las que ejerce su acción antitumoral.
El nuevo tratamiento, desarrollado por el laboratorio Schering, es el primero en conjugar el Ibritumomab, un anticuerpo monoclonal específico para un tipo de célula cancerosa, con un emisor de radiación beta puro, el Itrio 90. El Ibritumomab es el anticuerpo monoclonal que rastrea en el organismo las células del linfoma que son su blanco específico. Cuando las encuentra, se adhiere a la superficie del tumor, exponiendo las células malignas a la radiación Beta emitida por el Itrio 90. De este modo cada acúmulo tumoral es irradiado y destruido de manera ultraespecífica con escasa afectación de los tejidos sanos. En ese mecanismo reside la eficacia y alta precisión del tratamiento.
El linfoma no Hodgkin folicular es el más común de los linfomas. Durante el año 2005, esta nueva terapia fue utilizada en un régimen compasivo en pacientes con linfoma no Hodgkin folicular que habían agotado ya las opciones terapéuticas disponibles y se encontraban gravemente enfermos.
La experiencia se llevó a cabo en el CEMIC y estuvo a cargo del Roberto Cacchione, especialista en Hematología y además en Medicina Nuclear. “Diez pacientes fueron tratados en esa oportunidad con Zevamab (el nombre comercial de producto utilizado en el tratamiento) obteniéndose una respuesta global del 60 por ciento, que resulta muy alentadora teniendo en cuenta el estado avanzado de la enfermedad en dichos pacientes”, comentó Cacchione.
Los linfomas no Hodgkin son un grupo de enfermedades malignas originadas en los ganglios linfáticos. Dentro de ellos, los linfomas llamados indolentes son motivo de constante investigación, ya que a pesar de su curso evolutivo lento, los tratamientos actualmente disponibles no evitan las reapariciones de la enfermedad, aun luego de un tratamiento inicial exitoso. Cada nueva reaparición del cáncer lleva implícito un peor pronóstico para el paciente, además de una disminución en su calidad de vida.