No todo es disfrute en el verano: si bien hay mayor conciencia de los peligros de la exposición a los rayos del sol, no muchos tienen en cuenta las consecuencias de bañarse en el agua marina, contaminada con altos porcentajes de plástico y polímeros, y con gran contenido de sal, que reseca y resquebraja la piel
Con el verano y las altas temperaturas, las playas suelen ser de los destinos más populares. No obstante, hay que tomar ciertos recaudos para que la piel y el cabello no sufran. Además de la exposición al sol, hay que tener en cuenta ciertos cuidados relacionados con el agua marina.
La contaminación en nuestro mar es un gran problema: según una estimación de la OMS, cada año se desechan entre 4 y 10 toneladas de residuos polímeros, plásticos y sus derivados. Se calcula que en 10 años habrá una tonelada de plásticos por cada 3 toneladas de peces y que para 2050 esta proporción se invertirá.
“Hay que tener en cuenta la contaminación del mar y actuar en consecuencia. El agua salada de nuestra costa desnutre la piel mientras que el agua dulce produce el efecto contrario. Por eso, al momento de preparar la valija, se deben incluir muy buenas cremas hidratantes y jabones antibacteriales para que la piel recupere su pH y vuelva a estar saludable después de un día de playa” afirma Ricardo Ghigliazza, CEO del Health & Beauty Club Bioesthetics, centro especializado en belleza de vanguardia.
En cuanto al pelo, lo ideal es utilizar un shampoo nutritivo y aplicar lociones, cremas o aceites nutritivos y rehidratantes.
Otros puntos importantes para cuidar la piel en verano son una permanente hidratación y una alimentación sana, rica en fibra, jugos naturales, frutas y verduras. Las comidas al paso en la playa, con exceso de azúcar o grasa, hacen que nuestra piel se vea apagada y rígida.
Con estas precauciones y, por supuesto, junto con el uso de la protección solar adecuada, hay vía libre para disfrutar del sol y del mar sin preocupaciones.