La realización de un tratamiento de fertilización in Vitro, para aquel 15% de parejas que padecen de infertilidad en el mundo, implica una organización que, en algunos casos, se ve obstaculizada por las diferentes obligaciones que se tienen durante el año. En estos casos, el verano implica un descenso en el ritmo de trabajo a partir del nuevo año llevando a un descenso del estrés y convirtiéndolo en un buen momento para realizar un tratamiento.
La realización de un tratamiento de fertilización in Vitro, para aquel 15% de parejas que padecen de infertilidad en el mundo, implica una organización que, en algunos casos, se ve obstaculizada por las diferentes obligaciones que se tienen durante el año.
En estos casos, el verano implica un descenso en el ritmo de trabajo a partir del nuevo año llevando a un descenso del estrés y convirtiéndolo en un buen momento para realizar un tratamiento. Esta baja en el estrés -uno de los enemigos acérrimos del cuerpo- aumentaría las chances de éxito de los tratamientos, ya que, a estas alturas, está comprobado que tanto el estrés como la ansiedad pueden afectar los resultados de un procedimiento.
Sergio Pasqualini, director científico de Halitus Instituto Médico y presidente de Fundación REPRO, explicó que "en verano, el estado mental de por sí cambia, por descenso en las obligaciones y el ritmo de trabajo, la química cambia y los estados de tensión se reducen propiciando un buen momento para un intento de tratamiento".
"Todas las actividades que se puedan desarrollar durante este tiempo relacionadas con la movilización de drogas endógenas producidas por el cuerpo que benefician el buen funcionamiento y el descenso del estrés, pueden en esta época tener aún más repercusión, por lo cual, es un buen momento para comenzar a realizar yoga, acupuntura, sincronizadores cerebrales y todo aquello que desde la mente se puede hacer para trabajar sobre el cuerpo", se explayó Pasqualini.
Sin embargo, el especialista aseguró que "hay otros casos en que la pareja tuvo un año arduo de tratamientos, entonces la mejor opción es el descanso. No son pocas las oportunidades en que los pacientes escuchan el “tómense un descanso, unos días de vacaciones y cuando vuelven, retoman”. ¿Cuál es la explicación para esto? Casi las mismas razones que llevan a que recomendemos realizar actividades complementarias para reducir el estrés y la ansiedad durante el año".
"A estas alturas mucho hemos hablado sobre la relación de la medicina mente-cuerpo en la infertilidad y sobre la importancia de reducir los niveles de estrés. Las medicinas complementarias y el enfoque holístico son el perfecto agregado a la medicina tradicional: se basan en el concepto de que todos los aspectos de la vida del paciente -emocional, física y espiritual- impactan de una manera u otra sobre su fertilidad", remarcó el experto en fertilidad.
Pasqualini manifestó que muchas veces, "el descanso, las vacaciones, el estar juntos y tranquilos produce un efecto similar: relajación física y mental. Es por ello que muchas veces recomendamos que se tomen un descanso, aprovechen para relajarse y disfrutar y vuelvan con energías renovadas a retomar el tratamiento".
"Las vacaciones pueden ser para una pareja un espacio de encuentro sin relojes, sin tiempos y esto muchas veces permite aumentar la frecuencia y calidad de las relaciones sexuales con todos los beneficios que implica en cuanto a vascularización de la zona pelviana y la consecuente posible mejora del funcionamiento de los órganos reproductivos. Y si cuando el verano terminó vuelven a vernos, podemos encarar un tratamiento con energías renovadas y un estado físico y mental mucho más adecuado. O incluso, y no sería la primera vez, si están dadas las condiciones para un embarazo se produzca naturalmente, tal vez vuelvan con un embarazo incipiente", concluyó.