Desde hace varios años, las pastillas anticonceptivas son unos de los métodos contraceptivos más eficientes y utilizados en Argentina. Lo que poco se sabe, es que el uso de las mismas puede ser causa de una Enfermedad Tromboembólica Venosa.
Según un estudio realizado por Kantar TNS en junio de 2017 a pedido de Sanofi, los argentinos conocedores de la Enfermedad Tromboembólica Venosa (ETV) -24% de la población adulta- reconocen en promedio 3 factores de riesgo vinculados a la patología.
Ser obeso, haber tenido una trombosis venosa en el pasado o ser propenso a la formación de coágulos y ser fumador son los factores más identificados, mientras que tomar pastillas anticonceptivas o terapia hormonal es mencionado en menor medida.
“Lo que sucede con este tipo de pastillas de ciertas combinaciones hormonales, es que por un lado produce menos aumento de peso y otras molestias que hacían que el tratamiento no fuera bien aceptado, pero por el otro aumenta el riesgo de generar trombosis, además de aumentar potencialmente el riesgo de cáncer de mama, y de ovario, expresó la Dra. Vilaseca, especialista en Hematología. La incidencia de Enfermedad Tromboembólica (infarto, ACV y TROMBOEMBOLISMO VENOSO) es del 6,9 x 10.000 entre las mujeres que los consumen.
Es importante destacar que fumar y tomar Anticonceptivos aumenta 3 veces el riesgo de trombosis, (el prospecto de los anticonceptivos indica que no se deben combinar estas dos prácticas).
El otro factor de riesgo mayor es la edad: de los 40 a 45 años el riesgo se multiplica por 3 y de los 45 a 50 por 42.
La paciente que va a recibir anticonceptivos orales debe estar advertida del riesgo que implica si fuma, es mayor de 40 años, tiene problemas de sobrepeso, diabetes o antecedentes familiares en primer grado o personales de eventos tromboembólicos previos.
Es importante tener en cuenta que la ETV es una enfermedad potencialmente letal, pero al mismo tiempo con posibilidades de ser prevenida. Casi en la totalidad de los casos, la prevención es la única herramienta para evitar un evento.
Al hablar de ETV, se hace referencia a coágulos de sangre ubicados en una vena profunda que, por lo general, aparecen en las piernas. La gravedad se incrementa cuando el coágulo se desprende y viaja por el torrente sanguíneo, debido a que puede alojarse en los pulmones causando una embolia pulmonar.
“Hay diversos tipos de anticonceptivos y dependiendo de ellos puede variar el riesgo de desarrollar una Trombosis Venosa Profunda. Los anticonceptivos combinados que contienen desogestrel, gestodeno o drospirenona aumentan este riesgo con respecto a que los que contienen levonorgestrel y bajas dosis de etinilestradiol, por ejemplo” ejemplifica la especialista.
En relación con la vía de administración, tanto los anticonceptivos que se toman por vía oral como los parches colocados en la piel y los anillos vaginales tienen un riesgo similar de producir ETV.
“La elección del tipo de anticonceptivo debe de estar individualizada según las características de la persona y sopesando la relación riesgo/beneficio que presenta el medicamento. Además, es importante consultar con un médico para conocer el nivel de riesgo de desarrollar una Enfermedad Tromboembólica Venosa, con el fin de tomar acciones preventivas” finalizó.