Esta bebida, compuesta por ingredientes naturales, puede ser consumida dentro de una dieta equilibrada gracias a las pocas calorías que aporta
Alcohol y dieta son palabras que creemos que no van de la mano, pero no siempre es así. La cerveza, por ejemplo, es una de las bebidas que menos calorías aporta, un vaso de 200ml tiene tan sólo 90 kcal.
Existe la creencia errónea de que la cerveza engorda y de que una persona siguiendo un plan de adelgazamiento no puede consumirla. Sin embargo, al contener muy poca graduación alcohólica, puede ser ingerida de forma moderada y de esta forma disfrutar de todas sus virtudes. Un mito que debe ser derribado.
Para mantener una dieta adecuada, es recomendable tomar 2 a 3 litros de agua al día, realizar actividad física en forma regular y permitir el consumo moderado de cerveza (330 ml en mujeres y 660 ml en hombres) sin que ello implique un aumento del peso corporal.
Por otro lado, la investigación “La cerveza y la obesidad: un estudio transversal” señala que es improbable que la ingesta habitual de cerveza esté relacionada con un aumento significativo en el índice de masa corporal y en el índice cintura-cadera.
Este estudio también se vincula con un informe que asegura que el consumo moderado de cerveza no modifica los hábitos de las personas que la ingieren. El mismo manifiesta que el consumo moderado de bebidas fermentadas, como la cerveza, puede formar parte de una dieta saludable debido a que su contenido calórico es bajo.
En conclusión, aquellas personas que consumen cerveza de forma moderada, llevan adelante un estilo de vida saludable y realizan actividad física, no aumentarán su peso corporal total por consumir cerveza.