La radiación ultravioleta del sol es considerada por la ciencia el mayor factor de riesgo para desarrollar cáncer de piel, el tumor más frecuente de todos
The Beatles cantaban "Here comes the sun; it´s all right" después de un largo y crudo invierno, Nosotros, lejos del frío nórdico en casi todo nuestra Patria, imitamos sin embargo lo que casi todos hacen en todo el mundo. Pero no está todo bien si cada vez que llega el verano nos "tiramos" al sol sin protección alguna por largas horas.
"Lo consideramos fuente de energía vital, salud, luz, calor, vida, pero la exposición repetida y acumulativa a la radiación ultravioleta del sol es considerada por la ciencia el mayor factor de riesgo para desarrollar cáncer de piel, el tumor más frecuente de todos, que afecta al órgano más grande de todos", explicó el oncólogo Alejandro Turek.
El especialista afirmó que "tienen menos "prensa" que otros tumores porque raramente enferma gravemente o mata si es un carcinoma epidermoide cutáneo o un tumor basocelular pero tienden a regresar y a volver a aparecer".
"Un tercer tipo de tumor, el melanoma, poco frecuente por cierto, sí puede producir metástasis y es potencialmente letal. El melanoma es mucho más frecuente en varones y mujeres de raza blanca, rubios, de ojos claros, con piel muy clara y más sensibles al sol", comentó el oncólogo.
Turek dijo que "a mayor exposición al sol, mayor riesgo de cáncer de la piel. Los rayos UV dañan el ADN, nuestra información genética. Los UVA generan envejecimiento de la piel; nos "arrugan" o "manchan" en el correr del tiempo (las camas solares sueles usar UVA)".
Algunas de esas "manchas son lesiones pre neoplásicas. Los UVB son más potentes y dañan el ADN además de ser responsables del "enrojecimiento" a veces extremo que sufrimos con la exposición no protegida cuando recién llegamos a la playa.
Y los UVC al no atravesar la capa atmosférica no se relacionan con la enfermedad. Existe un índice de luz ultravioleta que mide la intensidad de esta radiación. El riesgo a la exposición solar aumenta en horarios (entre las 10 AM y las 16 PM) por entrar verticalmente a través del agujero de ozono.
También en primavera y verano, cerca de la línea ecuatorial, en la altura, y a veces hasta potencian su efecto con las nubes, además de poder atravesarlas (al revés de lo que uno piensa). No es cierto que "si me quedo bajo la sombrilla..." el sol puede utilizar pavimentos, agua, arena, pasto para rebotar y aumentar su potencial.
¿Cómo protegerse? Ropa (de tejidos que no permitan el paso de la luz solar) y/o bloqueador solar. Gorra, sombrero, anteojos de sol. Aún bajo toldos, sombrillas, carpas o árboles.
Este cuidado debe extenderse a toda aquella persona que vive en lugares abiertos expuesta al sol o trabaja en dicha condición. Debiera ser parte de nuestras leyes laborales. Tomamos sol durante muchos años para tener el cáncer de piel muchos años después.
Los factores de protección solar de variados índices nos protegen de este riesgo. Las personas de piel muy blanca deben usar protectores para UVA y UVB de factor igual o mayores a 30. Sobre todo en lugares abiertos donde van a permanecer varias horas, ya sea estando quieta, caminando, haciendo alguna actividad deportiva, o trabajando.
Debe aplicarse en toda la piel expuesta al sol, (atención los calvos naturales o rapados); repita la aplicación cada mínimo de 2 horas y cada vez que se sumerja en toda agua (mar, lago, pileta, arroyo, rio, cascada) o se duche. Igual si ha sudado mucho por el calor. Hay productos de todo tipo, presentación y fragancia.
Factor 15 es el mínimo, pero hay de 30, 45 y 60 (este para lo que no deben recibir radiación solar por su característica cutánea o por ya haber tenido cáncer de piel y deben super protegerse).
"Capítulo especial: los niños. Iniciamos nuestra acumulación de riesgo en la niñez y adolescencia. Eviten exponer a los chicos sin protección. No los dejen bajo el sol del mediodía. Usen protectores solares de factor alto con ellos muchas veces por día. Educar a los chicos en estos cuidados es también fundamental", concluyó.