La Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial lanzó un novedoso programa piloto: entrenó a los farmacéuticos de la provincia de San Luis para llevar un registro de la presión arterial y otros factores de riesgo entre sus usuarios y derivarlos al médico si es necesario. La iniciativa es replicable y apunta a mejorar las cifras de diagnóstico y la adherencia a los tratamientos.
La hipertensión arterial es la principal causa de accidente cerebrovascular (ACV), es un factor de riesgo presente en el 80% de las muertes por enfermedad cardiovascular y afecta prácticamente a un tercio de la población adulta. Muchas de las personas que son hipertensas no lo saben, y aún entre los pacientes diagnosticados sigue siendo muy bajo el porcentaje de los que logran mantener sus valores de presión normalizados por debajo de 140/90 mmHg, no porque los tratamientos no sean efectivos, sino por diversos factores que conspiran contra el seguimiento constante y el cumplimiento de los objetivos.
Revertir esa tendencia es uno de los desafíos más duros y difíciles no sólo para la comunidad médica, sino para todos los sistemas de salud pública del mundo. Por eso, el programa de registro que acaba de lanzar la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) en sinergia con el Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de San Luis aparece como una de las alternativas más novedosas y prometedoras.
Los protagonistas son los farmacéuticos puntanos en más de 60 farmacias de toda la provincia: “Ellos eligen a las personas al azar, que no necesariamente tienen que ser hipertensas, y harán constar sus datos en una ficha que puede ser física o vía web, les toman la presión arterial dos veces respetando todos los criterios que les hemos brindado a través de los cursos de capacitación específicos, se los mide, se los pesa, se les pregunta qué medicación están tomando, y si tienen valores de presión elevados o suman muchos factores de riesgo cardiovascular, se los envía a su médico de cabecera”, explica el Dr. Sergio Vissani, médico integrante de la SAHA, que será la institución encargada de recabar y analizar toda la información resultante de este registro, cuya etapa actual se lanzó a principios de septiembre.
“De ninguna manera las farmacias implementan ningún tipo de medida terapéutica, sino que para eso está la derivación al médico”, aclaró el Presidente de la SAHA, Dr. Fernando Filippini. Este registro ya contaba con un antecedente e menor escala que la SAHA había implementado en la provincia de Córdoba, con el cual, sostiene, “se ha logrado recuperar a pacientes que no tenían su presión controlada”.
Los pormenores de la derivación de cada paciente a su médico y el consiguiente curso del tratamiento ya no forman parte del registro; este vuelve a entrar en acción 60 días después, cuando la persona vuelve a la misma farmacia donde está asentada su ficha para que se le vuelva a realizar el mismo control que dos meses antes y comprobar cuán exitosa ha sido la intervención.
“Además de la presión, se consulta si el paciente bajó de peso, si dejó de fumar y otros factores de riesgo por los que se lo interrogó al principio, para saber si la intervención ha tenido algún impacto para mejorar su salud”, describió el Dr. Vissani, quien está a cargo del programa de registro.
En las fichas del registro queda asentado también el número telefónico de los participantes, de manera que para mejorar la performance de la registración está contemplada la posibilidad de que se le realice un llamado telefónico para recordarle que concurra a la farmacia al cabo de los dos meses para completar las etapas.
De manera que a fines de octubre los especialistas de la SAHA ya esperan contar con los datos del registro “en bruto” y poder elaborar los primeros análisis y resultados cerca de fin de año.
“Buscamos con esto tener datos propios que nos ofrezcan una base para poder implementar políticas de salud a nivel de todo el país”, señaló el Dr. Filippini.
Para garantizar una cierta uniformidad que le dé validez a este registro no sólo se ha capacitado a todos los farmacéuticos participantes en torno al método correcto para tomar la presión y recabar los datos, sino que además se les proveyó de los formularios y también de los equipos para la toma de la presión, que son de la misma marca y modelo en todos los casos.
Todas las farmacias que participan de este registro –ubicadas en la capital provincial como así también en Villa Mercedes, Merlo y demás localidades– cuentan con los logos distintivos que certifican la correcta capacitación de los profesionales y el equipamiento adecuado para la toma de a presión.
¿A cuántas personas esperan incluir en este registro? “Según nuestros cálculos, esperamos que sean más de dos mil –estimó el Dr. Vissani–. De hecho, hemos impreso y repartido esa cantidad de cuadernillos para el registro, y las farmacias ya nos han pedido más, pero lo cierto es que recién a fines de octubre tendremos una idea”.
En cuanto a las expectativas, los especialistas confían en la eficacia de este tipo de intervención, que involucra a varios agentes del ámbito de la salud además, por supuesto, de ayudar a comprometer a cada paciente con el cuidado de la suya propia.
“Hoy sabemos que el control de la presión arterial en la población hipertensa es bajísimo en la Argentina y en cualquier país del mundo, no supera el 20 por ciento en general, o el 25 en el mejor de los casos, según el estudio RENATA, que es uno de los más recientes –explica–. Lo que necesitamos saber es si podemos mejorar esas cifras, ya sea porque estamos más cerca, porque el paciente se siente más contenido o porque los médicos trabajamos en conjunto con otros profesionales”.
Los que más entusiasma es que, más allá de las posibles dificultades logísticas que puedan darse en alguna zona geográfica en particular, se trata de una estrategia que es absolutamente replicable en casi todos los puntos del país, y ahí reside gran parte del valor de este trabajo como herramienta para un problema de salud que a todos nos preocupa.