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27 de diciembre de 2024
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Por Leonardo Coscia
Los riesgos de la demonización de los lácteos
Destacados especialistas en salud, seguridad alimentaria y nutrición debatieron sobre los riesgos de la actual tendencia de cuestionar, sin fundamentos científicos, a los productos lácteos y los riesgos que implica
18 de noviembre de 2016
En un momento en el que la forma en la que comemos está siendo cuestionada desde diversos ámbitos, la Universidad Barceló recibió a destacados especialistas en salud, seguridad alimentaria y nutrición, quienes debatieron en base a la evidencia científica actual. Y advirtieron sobre los riesgos de demonizar a ciertos alimentos.

Coordinado por el Dr. Silvio Schraier, subdirector de la carrera de Médico Especialista en Nutrición de la Universidad Barceló y director de la Carrera de Médico Especialista en Nutrición de la UBA-sede Hospital Italiano, el panel de expertos señaló a los lácteos como ejemplo de un grupo de alimentos que está siendo demonizado.

En ese contexto, la Dra. Belén Zanchetta, especialista en endocrinología y osteología y Coordinadora Médica del IDIM, informó que existen dos nutrientes clave para la salud ósea: el calcio y la vitamina D.

“Es extremadamente difícil cubrir los requerimientos de calcio sin ingerir lácteos. Por eso, mensajes que desalientan su consumo son muy peligrosos”, advirtió Zanchetta, al reflexionar acerca del manto de sospechas que cayó sobre los alimentos procesados (entre ellos, la leche y sus derivados) de la mano del nuevo Modelo de Perfil de Nutrientes que presentó hace poco la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

La falta de calcio atenta contra la salud de los huesos y predispone, por ejemplo, a la osteoporosis, una enfermedad que lleva a la disminución de la resistencia ósea y es causa de fracturas.

Según la International Osteoporosis Foundation, en la Argentina 1 de cada 4 mujeres posmenopáusicas presenta osteoporosis. “Se recomienda consumir a diario alrededor de 1.000 mg de calcio, que se obtienen, por ejemplo, a partir de tres porciones de lácteos al día: leche, yogur o una porción de queso”, aseguró Zanchetta.

Por su parte, la Dra. Mónica Katz, directora de la Carrera de Médico Especialista en Nutrición con Orientación en Obesidad de la Universidad Favaloro, agregó que no hay evidencia científica sobre la absorción y biodisponibilidad del calcio de origen no lácteo, y que para llegar a cubrir con otros alimentos las necesidades diarias se deberían consumir 36 cucharadas de semillas de sésamo, más 3 plantas de brócoli y 110 almendras por día.

“Los humanos necesitamos 60 nutrientes que incorporamos al consumir diversos productos. No hay alimentos perfectos, no existe uno que aisladamente nos pueda proveer esa variedad. Precisamente, un patrón alimentario saludable consiste en una mezcla multicomponente de nutrientes que interactúan entre sí”, explicó Katz. Y concluyó: “Demonizar o estigmatizar alimentos es un error que la cultura viene realizando en ciclos repetidos. En nutrición, la variedad y el balance son el secreto de la salud óptima”.

La mesa de expertos, que también contó con la presencia del ingeniero Juan Carlos Pagano, especialista en seguridad alimentaria, abogó por volver a una alimentación razonable, sin demonizaciones ni prohibiciones, pensando realmente en las necesidades y posibilidades de la población. Cuando las ideologías pesan más que el conocimiento científico, concluyeron, se corre el riesgo de generar un peligroso déficit de nutrientes críticos, que puede amenazar a la salud.