Se trata de una condición anormal en el ojo a causa de la poca cantidad o mala calidad de las lágrimas. Los especialistas estiman que cerca del 40% de las consultas oftalmológicas son por ojo seco. Quienes lo padecen pueden sentir sensación de arenilla y/o cuerpo extraño en el ojo, ardor, quemazón, aspereza, sensibilidad a la luz, visión de halos de colores, ojos llorosos y picazón leve.
Se estima que alrededor del 40% de las consultas de oftalmología son a causa del ojo seco, una condición que es difícil de identificar por el paciente debido a que sus síntomas se confunden fácilmente con otros problemas. Es por eso, que la Sociedad Argentina de Superficie Ocular (SASO) organiza la “Campaña Nacional de Detección de Ojo Seco” el próximo 23 de septiembre en 10 hospitales de CABA y la Provincia de Buenos Aires. La información que se obtenga a partir de esta iniciativa, que es totalmente gratuita, permitirá obtener datos locales sobre el impacto de esta condición.
“En Argentina no sabemos exactamente cuántas personas tienen ojo seco; lamentablemente no existe en el país un registro que nos permita saber con exactitud en qué medida afecta a la sociedad. Sin embargo, estimamos que pueden existir cerca de 14 millones de pacientes con síntomas de sequedad ocular”, explicó el doctor Martín Berra, jefe de Trasplante de Córnea del Hospital Oftalmológico Pedro Lagleyze y coordinador de la campaña. “Cada vez más personas se acercan al consultorio oftalmológico por molestias en sus ojos sin saber de qué se trata y cerca del 40% de las consultas son por este tema”, detalló.
Se llama “ojo seco” a la condición anormal de la porción externa del ojo que se manifiesta en algunas personas cuando estas producen poca cantidad de lágrimas ó sus lágrimas son deficientes. Dentro de los factores que pueden causarla se encuentran la edad del paciente (la cantidad de lágrimas decrece naturalmente con los años); el uso de determinados medicamentos como antihistamínicos, antidepresivos, tranquilizantes y descongestivos que pueden disminuir la capacidad de las glándulas lagrimales; ciertas enfermedades sistémicas como la artritis, el lupus o alergias y enfermedades de la piel y el uso de lentes de contacto. Además, existen otras causas externas que afectan notablemente la salud de los ojos como el ambiente en el que se encuentra la persona (espacios con baja humedad), la contaminación ambiental, la climatización artificial y la exposición prolongada frente a computadoras y pantallas electrónicas.
El ojo seco puede presentarse en diferentes grados y según el nivel que posea el paciente, dicha condición puede afectar su calidad de vida.
Los especialistas subrayan que existen tres estadios de la enfermedad: leve, moderado y grave. Al respecto el Dr. Alejandro Aguilar, médico especialista en oftalmología, declaró “El grado leve generalmente pasa desapercibido por quien lo sufre y los signos y síntomas se disparan ante factores de ambiente como lugares cerrados, uso de monitores, humo, aire acondicionado, aviones, shoppings, sol y viento, también por el uso de algunos medicamentos. A los pacientes con ojo seco grado leve se los controla con lubricantes artificiales en forma de gotas (colirios) y geles lubricantes nocturnos y se indica extremar los cuidados ante la exposición a los factores ambientales ya descriptos”.
Además, agregó: “Por su lado, el paciente con grado moderado presenta signos y síntomas espontáneos sin que medien los disparadores antes mencionados, mientras que los que padecen la patología en grado grave poseen generalmente lesiones en la superficie ocular y tiene signos y síntomas prácticamente de forma constante si no es tratado. Habitualmente estos cuadros están asociados a enfermedades orgánicas que producen sequedad ocular. En estos casos es necesario el tratamiento de la enfermedad de base y el contacto con el médico clínico, reumatólogo, dermatólogo y/o inmunólogo”.
Sin dudas, a medida que avanza la patología, la calidad de vida del paciente se verá más limitada y afectada. “El ojo seco afecta la calidad de vida de las personas en lo cotidiano, en lo social y en lo laboral. Las manifestaciones de la sequedad ocular producen alteraciones en la visión que se traducen en cansancio visual, imposibilidad de fijar la visión, dificultades en la lectura, en el uso de computadoras y monitores, en la concentración. Además, las molestias y síntomas que esta enfermedad produce afectan la concentración, lo que reduce el rendimiento laboral. Sensación de sueño constante, pesadez en los párpados y visión borrosa son algunas de estas manifestaciones” agregó el Dr. Aguilar.
Según los especialistas, el estilo de vida del paciente también influye. No sólo por sus hábitos, sino también por los lugares en los que se encuentra.
Sucede que la superficie ocular está constantemente expuesta al medio ambiente, cada día entra en contacto con 10.ooo litros de aire. La contaminación aérea es así un factor importante a tener en cuenta. “No es lo mismo una persona que trabaja en una oficina -en lo que nosotros llamados un edificio enfermo- o en una ciudad con altos niveles de polución, que el que trabaja al aire libre y está expuesto a bajos niveles de contaminación”, aseguró el doctor Berra. Por su parte el Dr. Gustavo Galperín, Médico Oftalmólogo del Hospital Lagleyze destacó “es un hecho comprobado ya hace años, que el ambiente circundante influye sobre el funcionamiento normal de la superficie ocular y que aquellos individuos expuestos a niveles mayores de contaminación ambiental urbana presentan mayores síntomas de sequedad ocular”.
El efecto que la contaminación del ambiente puede tener en las personas varía de acuerdo a cada individuo y afecta particularmente a los pacientes con el síndrome de ojos seco.
“La superficie ocular de individuos normales presenta mecanismos de adaptación a diferentes niveles de contaminación ambiental. Los pacientes con ojo seco no poseen esta capacidad, por lo que condiciones adversas ambientales agrava en forma desproporcionada su malestar ocular” agregó.
Las lágrimas, un mecanismo de defensa naturalLas lágrimas juegan un rol fundamental en el cuidado de la salud de los ojos. Luego de cada parpadeo, son las encargadas de formar una película sobre el ojo que vence la gravedad y se mantiene estable por alrededor de 10 segundos antes de romperse. Esta película lagrimal humecta, aporta nutrientes y protege al ojo de las sustancias toxicas que se encuentran en el aire.
La estabilidad de esta película lagrimal, es decir el tiempo que tarda en romperse, dependerá y variará según los niveles de contaminación a los que esté expuesta la persona. De acuerdo a dos investigaciones[1],[2] realizadas en Argentina de las que participó el doctor Berra, la película lagrimal de una persona que está expuesta a los niveles habituales para la Ciudad de Buenos Aires tarda 7 segundos en romperse, mientras que en alguien con baja o nula exposición a contaminantes aéreos ese tiempo puede extenderse hasta 18 segundos.
Además de los efectos que la contaminación puede tener en la visión, existe otro factor importante, el ambiente. Son consideradas personas en riesgo quienes trabajan en oficinas climatizadas artificialmente con alto flujo de aire y baja humedad relativa (síndrome del edificio enfermo), como también lo son aquellos que están durante muchas horas en contacto con computadoras.
Esto se debe a que la exposición frente a pantallas electrónicas y computadoras disminuye la frecuencia de parpadeo y en caso en que la película lagrimal se rompa antes del siguiente parpadeo los ojos se encontrarán secos sin nutrientes y expuestos a las sustancias toxicas presentes en el aire. La exposición durante mucho tiempo frente a computadoras o pantallas electrónicas disminuye la capacidad del ojo de producir su propia defensa.
Afortunadamente el ojo seco puede tratarse de manera efectiva para disminuir las molestias que ocasiona; siempre con la indicación previa de un profesional. Para diagnosticar la condición y comenzar con el tratamiento indicado, el médico oftalmólogo deberá hacer una serie de estudios y pruebas específicas; recurrir si es necesario al laboratorio de análisis clínicos que estudia las principales características de las lágrimas; o hacer interconsultas con otro tipo de profesionales como reumatólogos o dermatólogos. El tratamiento correcto será indicado por el especialista que, teniendo en cuenta las particularidades de cada caso, brindará la mejor opción al paciente.
La campaña de detección que impulsa la SASO surge frente a la necesidad de difundir esta condición que es altamente frecuente y que se encuentra en aumento por los cambios que la sociedad moderna produce en el ambiente. “A través de esta media jornada buscamos diagnosticar a personas con esta dolencia para promover el tratamiento adecuado, lo que permitirá mejorar la calidad de vida de estos pacientes y hacer un diagnóstico precoz de los casos graves evitando posibles complicaciones”, concluyó Berra.
“Quienes tengan molestias o simplemente quieran hacerse un chequeo ocular para corrobar o descartar esta condición podrán ser atendidos por el servicio de oftalmología de estas instituciones sin turno previo y de manera gratuita. Los profesionales médicos realizarán a quienes se acerquen un cuestionario para detectar información relevante que pudiera afectar la salud de los ojos y una prueba muy sencilla que llevará no más de 5 minutos. Con el diagnóstico en mano, cada paciente podrá pedir su turno médico para iniciar el tratamiento que corresponda”, sumó.