Según los especialistas, el 7% de la población masculina mayor de 65 años presenta un aneurisma de aorta abdominal y es por esto que la detección de esta patología, su seguimiento y eventual tratamiento modifican en forma positiva la sobrevida de quien la padece.
Según los especialistas, el 7% de la población masculina mayor de 65 años presenta un aneurisma de aorta abdominal y es por esto que la detección de esta patología, su seguimiento y eventual tratamiento modifican en forma positiva la sobrevida de quien la padece.
Entendiendo por los aneurismas como aquel aumento del diámetro de un vaso sanguíneo de más del doble de su medida normal, “la presentación de un aneurisma de aorta conlleva riesgos de ruptura más elevados en cuanto mayor es su diámetro, y dicha condición expresa un riesgo de mortalidad alto debido a la ruptura y hemorragia severa consecuente. En el mayor porcentaje de los casos dicha complicación termina con la vida del paciente”, explica el Dr. Jorge Estrada, Cirujano Cardiovascular de la Clínica San Camilo.
En cuanto a los síntomas, estos se relacionan principalmente con el tamaño y su localización. Así es como en el caso de los aneurismas de aorta abdominal, los síntomas son pocos hasta que se presenta la amenaza de ruptura o la concreción de la misma.
En tanto, los aneurismas grandes pueden eventualmente presentar síntomas como lumbalgias debido a compromiso de vértebras lumbares por erosión de las mismas por el saco aneurismático. En la forma aguda este dolor puede presentarse súbitamente ya sea por amenaza de ruptura o por sangrado en la pared posterior del abdomen, asociado a dolor abdominal y caída súbita de la presión arterial.
Los pacientes más propensos en padecer esta dolencia son quienes sufren:
· Hipertensión Arterial;
· Enfermedad Pulmonar Crónica (EPOC);
· Tabaquismo (El 75% tiene antecedentes de haber fumado);
· Antecedentes Familiares de Aneurisma de Aorta;
· Aneurismas en otras arterias;
· Enfermedad de Marfan (Alteración genética que afecta al tejido conectivo en todo el organismo provocando complicaciones en el aparato cardiovascular, entre otros.);
“El diagnóstico de los aneurismas abdominales muchas veces resulta como hallazgo dentro de estudios realizados por otras patologías, como ecografías abdominales. Y en el caso de los aneurismas torácicas una simple radiografía de tórax revela su presencia”, asegura el Dr. Estrada.
Actualmente los tratamientos de reparación indicados son la Cirugía de Reemplazo Aórtico en la cual el cirujano vascular reemplaza el segmento aneurismático por una prótesis tubular previniendo así su ruptura, o el Tratamiento Endovascular en donde se excluye el aneurisma por dentro del vaso con una endoprótesis (dispositivo conformado por un una malla metálica tubular envuelta en una cubierta impermeable en toda su longitud).
Este último procedimiento se realiza bajo control con rayos X en un quirófano destinado a tal efecto (Quirófano o sala de Hemodinamia Híbrida) en donde un equipo multidisciplinario, conformado por cirujanos endovasculares y cardiólogos o radiólogos intervencionistas, lleva a cabo el procedimiento. La elección de cada procedimiento en general se realiza en base a las características clínicas del paciente y de la anatomía de cada caso.