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27 de diciembre de 2024
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Por Leonardo Coscia
Qué hacer ante las reacciones alérgicas
El 20% ocurren en el colegio y, de acuerdo con una encuesta británica, el 61% de las escuelas tienen al menos un niño con riesgo de anafilaxia. ¿Cuáles son las causas y los síntomas? ¿Qué medidas se deberían tomar?
8 de abril de 2016
Los niños pasan más de la mitad del tiempo que están despiertos en el colegio o en dependencias anexas como campos de deportes, clubes, entre otras.

Por ello, “entre marzo y abril los episodios respiratorios aumentan un 20 a 30 por ciento, y más del 20 por ciento de las reacciones alérgicas ocurren en el colegio”, asegura el doctor Jorge Máspero, director médico de la Fundación CIDEA y especialista en Alergia e Inmunología.

En ausencia de estadísticas nacionales, cifras inglesas estiman que ocurre anafilaxia a una frecuencia de un episodio cada 10000 niños por año y que el 82% de esos sucesos ocurren en edad escolar. Para adultos y chicos en general, las admisiones hospitalarias por anafilaxia han aumentado siete veces en la última década. De acuerdo a una encuesta británica, el 61% de las escuelas tienen por lo menos un niño con riesgo de anafilaxia (con historia previa de anafilaxia o llevando adrenalina inyectable).

Entre el 10 y el 18% de la alergia por alimentos o reacciones anafilácticas ocurren en el colegio.

Causas de anafilaxia en el colegio

Entre las causas más frecuentes que pueden llevar a un niño a un cuadro de reacción alérgica severo se encuentran:

1. Alimentos.
2. Medicamentos: generalmente que tomó en la casa antes de salir hacia el colegio, comúnmente antibióticos o antiinflamatorios.
3. Picaduras de insectos.
4. Ejercicio.

Tipos de anafilaxias

* Alergias a picaduras de insectos: En la Argentina es muy frecuente la presencia de abejas, avispas y de hormigas Solenopsis en los campos de deportes y en muchos colegios. Las medidas de evitación son difíciles, pero hay que advertir a las instituciones de las siguientes precauciones: deben removerse las colmenas de las escuelas y alrededores, la basura tiene que guardarse en contenedores cerrados y las áreas de comida deben evitarse en el interior de la institución, ya que algunas avispas son carnívoras (yellow jacket) y se aproximan rápidamente a las zonas donde hay alimento, especialmente carne.

* Asma, rinitis y ambiente escolar: Los niños en muchos colegios se exponen a polutantes interiores como insecticidas, querosene, formaldehído y otros productos volátiles de la combustión de estufas de gas, leña o carbón. También quedan expuestos a alérgenos como ácaros, cucarachas, hongos y epitelios animales. Además, la mayoría de las construcciones tienen insuficiente ventilación, por lo que es común la exacerbación de asma o de rinitis en el ambiente escolar. Algunos niños son alérgicos a pólenes, hongos como la alternaria o picaduras de insectos (hormiga, abeja, avispa), por lo que sus problemas son más graves en los campos de deportes.

La exposición a alérgenos del interior en guarderías, jardines y colegios es importante. Pueden variar en el tiempo, la localización y el tipo de aula. También, por supuesto, cambian según las diferentes regiones del país. Además, algunos estudios han demostrado que el nivel de alérgenos en el ambiente escolar frecuentemente es más elevado aún que en el hogar. La exposición puede ser directa o indirecta (por ejemplo, la ropa de los compañeros puede estar cargada de alérgenos de mascotas).

Las medidas que deberían tomar los establecimientos antes la aparición de estos problemas son:

1. Siempre se debe preguntar al niño y sus familiares por la presencia de enfermedad alérgica y exigir la certificación de la misma y de las medidas a implementar en caso de crisis por un médico especialista.

2. Solicitar un plan de manejo por escrito a través del médico tratante que incluya los alérgenos desencadenantes, las medidas de evitación, los medicamentos y un plan de de contacto con el médico especialista o el pediatra.

3. El niño alérgico debe ser identificado por todo el personal del establecimiento.

4. Deben instituirse medidas razonables de evitación.

5. Se debe prohibir el consumo de tabaco.

6. El personal del colegio debe estar educado en evitación alergénica y para el reconocimiento y tratamiento de la emergencia alérgica.

7. La medicación de emergencia debe estar disponible permanentemente.

8. El personal del colegio debería estar indemne de consecuencias por administrar medicación de emergencia prescripta por el médico de cabecera de un niño para empleo en emergencias.

“Los médicos especialistas conocemos a la perfección el mecanismo de acción de la adrenalina y sus efectos, pero es necesario transmitirlo efectivamente a los padres y al personal de la escuela. Como en la mayoría de los casos es imposible que un servicio de emergencia llegue en un tiempo razonable, y estas reacciones se desencadenan rápidamente, el medicamento de elección es la adrenalina autoinyectable. Los niños no pueden autoaplicarse si son pequeños y el personal del colegio no está autorizado o entrenado mínimamente para hacerlo”, alerta Máspero.

Hasta la aparición de una reciente guía de la Sociedad Argentina de Pediatría, no existía en el país una guía sobre recomendaciones acerca del manejo de reacciones alérgicas en el colegio, no están claros para muchos efectores cual es la legislación que ampara a los docentes y a los alumnos en ese sentido, pero sí hay resoluciones del Ministerio de Educación sobre la limitación- que en general se interpreta como prohibición - de la administración de medicamentos en el colegio.

"En la escuela los niños pueden presentar una variedad de síntomas alérgicos. No es lo mismo que manifiesten síntomas de rinitis alérgica o urticaria que un cuadro de anafilaxia o una crisis de asma. Es creciente la cantidad de consultas de pacientes con cuadros de anafilaxia por alimentos o picaduras de insectos, a los que no se les puede asegurar que no estén expuestos durante el horario escolar y, por consiguiente, hay que indicarles tratamientos que -en general- las autoridades de las instituciones educativas no aceptan fácilmente”, asegura Máspero.

“El 15% de los niños, de trece a catorce años, tienen diagnóstico de dos o más enfermedades alérgicas, tales como asma, eccema o rinitis alérgica. Aproximadamente el 95% de los niños con alergia al maní o a las nueces, también tienen asma, eccema o rinitis. Además, la presencia de asma -si no está bien controlada- incrementa la gravedad de las reacciones por alimentos y esto predispone a crisis de mayor gravedad luego de la exposición accidental al alimento en cuestión”, agrega.

Hace algún tiempo, se publicó un estudio americano del grupo de Sampson, referido a la alta frecuencia de episodios de anafilaxia en niños y mostrando que la mayoría de las muertes se producían en el colegio debido a una demora en la aplicación de adrenalina. A ninguno se la aplicó antes de los 22 minutos y el tiempo medio para recibir la dosis fue de 75 minutos. Poco después la administración del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hizo obligatoria la disponibilidad de auto inyectores de epinefrina en todos los colegios de Estados Unidos.

“En la Argentina, vemos usualmente pacientes que presentan anafilaxia y se los trata con otro tipo de fármacos en lugar de administrar adrenalina”, sentencia el especialista.