De extraordinario potencial para los pacientes, este tipo de células madre continúa ganando terreno en la medicina, especialmente para usos reparadores gracias a su plasticidad y su capacidad de multiplicarse casi hasta el infinito: se cree que permitirán reparar tejidos y músculos como el corazón, las neuronas, los huesos, las articulaciones, la piel y los vasos sanguíneos.
Las células madre son una fuente altamente prometedora para la medicina, especialmente las conocidas como mesenquimales, protagonistas de diversas investigaciones científicas que las utilizan en terapias experimentales para reparación del músculo cardíaco, cirugía ortopédica, odontología, enfermedades autoinmunes y hasta enfermedades neurológicas.
En todo el mundo cada vez son más comunes los trasplantes con sangre del cordón umbilical: se contabilizan más de 35.000 intervenciones bajo esta modalidad
El Dr. Diego Fernández Sasso, Miembro de la Comisión Directiva de ABC Cordón (Asociación de Bancos de Células Madre de Cordón Umbilical) explica “las células mesenquimales, a diferencia de las hematopoyéticas, tienen mayor plasticidad celular, lo que significa que pueden desarrollar distintos linajes celulares que les permitirán generar células del hueso, la articulación, la piel o el músculo. También se estudia la posibilidad de desarrollar neuronas y miocardiocitos (células del corazón).”
En Argentina la criopreservación comenzó hace casi 10 años y ya existen 65.000 argentinos decidieron guardar las células del cordón de sus hijos en bancos privados, evidenciando que la demanda del servicio aumenta al ritmo que los costos comienzan a ser más accesibles y se descubren nuevos usos terapéuticos, tendencia que se reforzará a medida que haya nuevos avances en los estudios científicos con células mesenquimales.