A partir de la última encuesta realizada por el Centro Latinoamericano Salud y Mujer (CELSAM) a mujeres que han utilizado píldoras anticonceptivas se observó que sólo el 76.9% de las consultadas cumple con la toma de manera correcta; mientras que 1 de cada 4 comete errores comprometiendo la eficacia del método, y poniéndose en riesgo de tener un embarazo no planificado.
De acuerdo a la ginecóloga Alicia Figueroa, miembro del Comité de Desarrollo del CELSAM, el error más común mencionado por las encuestadas está relacionado con el momento en el que deben iniciar los envases sucesivos y con el cambio en el horario durante la toma habitual, con el riesgo de prolongar el intervalo entre las pastillas más allá de las 36 horas.
Asimismo el estudio reveló que el 23.37% de las mujeres desconoce la diferencia entre las diversas pastillas que existen en el mercado y 1 de cada 3 no sabía que la forma de tomar los comprimidos depende de la dosis y composición de las mismas. “Situación que cobra especial importancia ante la posibilidad de que se cambie la marca indicada por el médico una vez iniciado el tratamiento, en la farmacia o por recomendación de amigas o conocidos”, advierte la ginecóloga.
En referencia a esto, el 17.3% de las encuestadas mencionó que en alguna oportunidad en la farmacia se le propuso cambiar de marca de píldora anticonceptiva, aduciendo en un 49% de los casos que la marca propuesta por el comercio era de menor costo. A pesar de ello sólo el 20% de estas mujeres afirmó haber comprado la marca sugerida en la farmacia.
“La elección del método anticonceptivo es un derecho de las personas y requiere de un asesoramiento médico completo, científicamente correcto y desprovisto de prejuicios y preferencias del profesional. En el marco de una consejería en anticoncepción se deben explicar las diferentes opciones, la forma de uso, la efectividad, los eventuales efectos secundarios y todos los aspectos que construyen la aceptabilidad del método para que cada pareja elija el que mejor se adecue a sus necesidades, creencias y preferencias”, explica Karina Iza, ginecóloga miembro del CELSAM.
De acuerdo al estudio realizado por el CELSAM, si bien el 91% de las mujeres encuestadas manifestó que es el médico quien debe indicarlas, sólo el 76.6% lo consultó, el 12.9% inició la toma por cuenta propia y el 16.2% por sugerencia de algún amigo o familiar.
Por otra parte, del total de mujeres que participaron del estudio, el 8% comenzó a cuidarse utilizando métodos folclóricos de baja eficacia anticonceptiva como el coito interrumpido o las fechas. El 81% mencionó la utilización de preservativos y sólo el 8.6% de píldoras anticonceptivas, cifras importantes a tener en cuenta, ya que la OMS recomienda como prevención ideal durante la adolescencia el uso simultáneo de píldoras y preservativos, cubriendo a los jóvenes del riesgo de un embarazo no planificado y de las infecciones de transmisión sexual.
A mayor edad y tras unos años transcurridos desde el inicio sexual, el porcentaje de mujeres que utiliza en simultáneo ambos métodos asciende al 26.9. Llama así mismo la atención que un 0.5% de las mujeres utilizó como primer método la esterilización quirúrgica, lo cual sugiere una falta de acceso a métodos anticonceptivos reversibles y oportunos.
Por tal motivo, el CELSAM enfatiza la necesidad de que las mujeres reciban información adecuada que les permita ejercer sus derechos sexuales y reproductivos, tengan acceso a métodos seguros de planificación familiar y a servicios adecuados de salud que les permita tomar decisiones informadas sobre su sexualidad.