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27 de diciembre de 2024
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Por Leonardo Coscia
Monóxido de Carbono: cómo prevenir accidentes
El monóxido de carbono es un gas inodoro e incoloro, causante de las intoxicaciones más frecuentes y más difíciles de diagnosticar. Algunos datos para estar atentos y evitar los riesgos de accidentes
26 de junio de 2015
El monóxido de carbono (CO) es un gas altamente tóxico producido por una mala combustión de cualquiera de las sustancias susceptibles de ser quemadas para generar calor, como por ejemplo carbón, madera, querosén, alcohol o gas, que son materiales combustibles ricos en carbono y que necesitan oxígeno para quemarse. Si la cantidad de oxígeno disponible es insuficiente, la combustión será incompleta y generará monóxido de carbono.

Generalmente se produce por un mal estado de las instalaciones, insuficiente ventilación o instalación de artefactos en lugares inadecuados. Aunque también se presentan casos por exposición a gases de escape del automotor y por inhalación de humo durante un incendio.

Según la Edición 2014 de la Guía de Prevención, Diagnóstico, Tratamiento y Vigilancia Epidemiológica de las Intoxicaciones por Monóxido de Carbono del Ministerio de Salud de la Nación, de acuerdo a los reportes del Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS), cada año se registran en la Argentina cerca de 200 muertes por intoxicaciones con monóxido de carbono, sobre un total de aproximadamente 2500 casos. Lo llamativo es que la mayoría de los casos son prevenibles y evitables, con medidas relativamente sencillas y conductas responsables.

Los accidentes por intoxicaciones por CO son producidos en un 87% por calefones, 8% por calefactores y 5% por cocinas.1 El CO ingresa al cuerpo a través de la respiración, llegando primero a los pulmones y luego incorporándose a la Hemoglobina del glóbulo rojo presente en la circulación sanguínea, desplazando al Oxígeno y generando Carboxihemoglobina. Eso hace que al disminuir el oxígeno afecte en primer lugar al cerebro, con síntomas como mareos, náuseas y vómitos, y en segundo lugar al corazón, incrementando el riesgo de que se produzcan arritmias cardíacas, infarto de miocardio y la persona fallezca.

La absorción pulmonar es directamente proporcional a la concentración de CO en el ambiente, al tiempo de exposición, a la patología previa del paciente y a la frecuencia respiratoria (FR). Esta última depende de la actividad física realizada durante la exposición al CO y/o de la edad del individuo (la FR es mayor en lactantes y en niños pequeños)2. El monóxido de carbono es altamente peligroso porque no es detectable a través de los sentidos: carece de olor, sabor y color; tampoco irrita los ojos ni la nariz.

Un signo típico de la presencia de CO es que se siente como que ‘falta el aire’ en el ambiente.

En opinión de la Dra. Mercedes Barlotti, médica toxicóloga, ex miembro de la Unidad de Toxicología del ‘Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez’, “estas intoxicaciones también suelen presentar síntomas como problemas de visión o de audición, olvidos, síntomas parkinsonianos, y hasta trastornos psiquiátricos.

Incluso se llegó a mencionar a este tipo de trastornos -muy frecuentes en las mujeres que por los años 1800 utilizaban las cocinas económicas a leña pasando muchas horas cocinando y se las conocía como ‘la locura de las cocineras’. Fue Claude Bernard en 1857 quien describió por primera vez esta Intoxicación.

Pero es muy importante estar alerta a las intoxicaciones, ya que por ejemplo, en el caso de las embarazadas, el que más sufre es el feto, que capta el CO entre 10 y 15 veces más que la mamá, ocasionando en consecuencia mayor falta de oxígeno, debido a que su Hemoglobina fetal es inmadura y más hábil para captar el Monóxido de Carbono, lo cual hace que necesite aproximadamente 5 veces más tiempo de tratamiento con oxígeno, una vez que la mamá esté asintomática, para estar seguros que eliminaremos todo el CO del feto.

Para el Lic. Rafael Rodríguez Roda, Gerente de Asuntos Públicos de MetroGAS, “es importante realizar un adecuado mantenimiento de todas las fuentes de calor, haciéndolas revisar periódicamente por un gasista matriculado. Con una medida tan sencilla como ésta podríamos evitar intoxicaciones que ponen en serio riesgo la salud y la vida de las personas”.

“Esta situación no discrimina clases sociales, se da en todos los estratos”, agregó el ejecutivo.

“Debemos tener en cuenta que un calefactor para funcionar necesita de un combustible (gas) un comburente (oxígeno) y una fuente de energía (un sistema de clic, por ejemplo) que dé una chispa para encender la llama" explica la Dra. Barlotti, quien también es miembro fundador de la Asociación Toxicológica Argentina (ATA)-. “Hablamos de combustión incompleta cuando no hay aberturas que permitan el ingreso permanente de oxígeno, entonces la llama consume sólo el que se encuentra en el ambiente, generando monóxido de carbono”.

Las intoxicaciones por Monóxido de Carbono (CO), para una mejor comprensión, las dividimos en cuatro formas clínicas:

- Sobreaguda: Los síntomas de comienzo van a estar ausentes ya que el paciente muere en pocos minutos debido a que la concentración de CO en el ambiente va a ser muy elevada (1500 ppm -parte por millón- o más).

- Aguda: Los síntomas de inicio van a ser cefalea, nauseas, vómitos, calambres, convulsiones, infarto de miocardio, daño hepático. Aquí la concentración de CO en el ambiente va a ser menor a 1400 ppm.

- Subaguda: En ésta forma de presentación, el paciente va a estar expuesto al CO durante varios días y a menores concentraciones y los síntomas van a ser cefaleas, mareos, vómitos, alteración digestiva e irritabilidad, los que progresan a cuadros clínicos más complejos, dificultando al médico el diagnóstico de ésta intoxicación y llevando al paciente a que tenga secuelas en el tiempo.

- Crónica: La exposición al Monóxido de Carbono (CO) va a ser durante meses o años a pequeñas concentraciones, siempre mayores a 50 ppm. Ya que lo tolerable en un ambiente debe ser menor a 50 ppm. El síntoma cardinal va a ser la cefalea crónica que no mejora con analgésicos, trastornos de conducta, síndrome parkinsoniano, pérdida de estabilidad (síndrome cerebeloso) cansancio, insomnio, calambres generalizados, vértigo, temblores, pérdida del olfato, disminución de la agudeza visual, alteración en la visión de los colores, y cuadros psiquiátricos, lo que hace que a las intoxicaciones crónicas se las conozca con el nombre de 'una enfermedad simuladora', que hace mucho más difícil llegar a un diagnóstico correcto.

“El diagnóstico se hace por las manifestaciones clínicas, la presunción diagnóstica, el dosaje en sangre de Carboxihemoglobina y el hallazgo de la fuente mal funcionante. Mientras que el tratamiento de una persona intoxicada –continuó Mercedes Barlotti- es el oxígeno. Debemos alejar al paciente de la fuente tóxica, llamar inmediatamente a la ambulancia, adaptar a cada situación crítica la medida adecuada y si el paciente está inconsciente hacerle masaje cardíaco y respiración boca a boca hasta que llegue el auxilio.

En general para intoxicaciones agudas se requieren, para liberarlos del Monóxido de Carbono, según el estado del paciente, 6 hs. respirando en un ambiente libre de CO; 80’ con oxígeno al 100% y máscara con reservorio, del que se suele recibir en la ambulancia; 60’ cuando son intubados en terapia intensiva en los casos graves, o solo 23’ si pudiesen ser trasladados a una cámara hiperbárica”.

Existen fundamentalmente 3 grandes tipos de intoxicaciones: las que se dan en la vivienda diaria, las de la vivienda eventual (de vacaciones o de fin de semana) y las del automóvil. Aunque también los incendios dentro o fuera del hogar son otra fuente importante de emanación de Monóxido de Carbono, también llamado Gas Asesino. En todos los casos el origen es una falta de control previo, pero es importante destacar el ejemplo de las casas de vacaciones o de fin de semana, que suelen estar mucho tiempo cerradas y en las que los pájaros o los roedores acostumbran hacer sus nidos tapando el tiraje de las fuentes de calor, lo que hace que los gases de combustión ingresen al interior de la vivienda.

“Las fuentes de calor recomendadas son las de tiro balanceado, o sea aquellas en las que la combustión se genera en una cámara estanca (cerrada), eso es que toma el aire del exterior y libera los gases de combustión al exterior, de esta manera se evita disminuir el oxígeno ambiental”, concluyó la Dra. Barlotti.

Algunos consejos de MetroGas para prevenir accidentes

- Instalar y hacer revisar periódicamente los artefactos por un gasista matriculado.

- Verificar que la llama de los artefactos sea siempre azul. Si su tonalidad es anaranjada, los artefactos funcionan en forma defectuosa.

- Asegurar la ventilación permanente de los ambientes (a través de rejillas compensadoras reglamentarias).

- Los conductos de ventilación de un artefacto no deben tener ningún tipo de angostamiento, escalonamiento o acople en su recorrido hacia el exterior, ya que cualquier tipo de obstrucción generará que los gases quemados se acumulen en el interior de la vivienda. La mayoría de los accidentes fatales se deben a artefactos con conductos defectuosos o no instalados en forma reglamentaria.

- Si se realizan obras de remodelación de la vivienda, no se debe modificar ni restringir la ventilación de los artefactos instalados.

- No está permitido el uso de caños corrugados para la ventilación de los artefactos de combustión, ya que evacúan un 30 por ciento menos que el caño liso.

- No colocar artefactos a gas en baños o dormitorios (excepto que sean de tiro balanceado).

- No utilizar hornallas y hornos de la cocina para calefaccionar el ambiente. Los artefactos deben ser utilizados solo para lo que fueron diseñados.

- Asegurarse que la llave de paso de la cocina se encuentre a un lado del artefacto y al alcance de la mano, a fin de poder cerrar la salida de gas de manera ágil.

Desde MetroGAS informaron que cuentan con un Detector de Monóxido de Carbono y de Gas Natural que es apto para ambientes con artefactos de cocina, calentamiento de agua y calefacción que queman combustibles tales como gas natural, madera, carbón vegetal, carbón mineral, coque, nafta y otros hidrocarburos. El Detector está equipado con un sensor ultrasensible que acciona una alarma en caso de presencia de estos gases, por lo que resulta de gran utilidad para el uso doméstico.

Acerca de la combustión

Cuando el artefacto funciona correctamente y la cantidad de oxígeno presente en el ambiente es la adecuada debido al ingreso permanente de aire (las ventilaciones o rejillas), la combustión produce anhídrido carbónico + vapor de agua, ambas sustancias absolutamente inofensivas para el ser humano.

Diferencia con ‘escape de gas’

Muchas veces la gente habla de ‘escape de gas’, pero en realidad se refiere a la presencia de una combustión incompleta producto de una mayor presencia de CO frente a la de oxígeno, generalmente motivada porque el calefactor no tiene un buen tiraje. El gas natural (metano) no es tóxico en el sentido académico de la palabra, pero sí es asfixiante simple cuando logra desplazar al aire del ambiente.

Qué hacer frente a un caso de intoxicación

Ante la sospecha de intoxicación por monóxido de carbono, se recomienda retirar a los afectados del ambiente contaminado hasta un lugar donde puedan respirar aire limpio y fresco, además de llamar a la ambulancia de inmediato. Si es posible, procurar abrir puertas y ventanas así como apagar la fuente emisora de monóxido de carbono.

Para mayor información:
A través de la página web: www.metrogas.com.ar
Centro de Atención Telefónica de MetroGAS al número 0-800-333-6427 ó 4309-1000, de lunes a viernes, en el horario de 9 a 17 horas.
Oficinas comerciales y técnicas de MetroGAS, para atención presencial.