Durante los tratamientos de fertilidad la pareja vive diferentes emociones que influyen significativamente en la sexualidad. Existen algunas recomendaciones que se deben tener en cuenta cuando se comienza con el proceso de fertilización asistida.
La fertilización asistida genera fuertes emociones en la vida de una persona, ya que la necesidad de trascender y que la vida continúe a través de los hijos genera gran expectativa cuando se decide buscar un embarazo.
Las parejas que atraviesan alguna dificultad para concebir un hijo, viven diferentes emociones como culpa, dolor, frustración, angustia, depresión y desesperación. Estos sentimientos influyen fuertemente en la sexualidad de la pareja, que puede manifestar disminución en la satisfacción, en el deseo y en la autoestima. Incluso puede verse afectado el desempeño de las relaciones sexuales, con disfunciones eréctiles o de eyaculación.
Comenzar el proceso de fertilización asistida
Ramiro Quintana, especialista en Medicina Reproductiva, ex Vicepresidente de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva, a cargo del Servicio de Reproducción Humana del Sanatorio La Trinidad, explicó que "en una pareja, el primer paso en el tratamiento de la infertilidad es aceptar esa dificultad preguntándose ¿Estamos preparados para atravesarlo y superarlo?".
Además, Quintana señaló que "un aspecto a tener en cuenta es el estrés que los tratamientos de fertilidad asistida provocan, ya que los pacientes suelen sentirse vulnerables, con pocas herramientas y conocimiento para enfrentar esa dificultad, sin conocer los pasos a seguir".
"La protección la encuentran sólo frente al médico, quien debe reconocer esta enorme responsabilidad y darse cuenta del papel que está asumiendo en la vida de esas personas, y reconocer no sólo su experiencia profesional sino todas las vías que hagan que ese camino sea más transitable para la pareja", indicó el especialista en fertilidad.
Algunas recomendaciones para la pareja
El médico señaló que "el problema de la infertilidad no es de uno solo, sino de la pareja. Es importante que se incremente el diálogo y la escucha con el otro. Ser tolerante y comprensivo.
La búsqueda del embarazo no debe invadir todas las áreas de la vida. Se debe tener en cuenta que la búsqueda es sólo uno de los aspecto que los unió como pareja, y que hay muchos otros que pueden disfrutar y compartir".
"No todo se puede controlar, por más informada que este la pareja.
Hay que generar otros proyectos como pareja. Los días en que se deban tener relaciones sexuales programadas, es importante crear un ambiente donde no hayan interferencias externas, pero los días en que se indique no tener relaciones sexuales no tienen por qué ser días sin sexo. El sexo no es sólo una relación coital.
Deben estar preparados para los resultados", añadió.
El experto comentó que "el estrés que se produce durante esta búsqueda interfiere en la sexualidad, y la instala sólo al servicio de la reproducción".
"Así, pierde su sentido como un espacio para compartir los afectos, de intimidad y de disfrute. Además del duelo de saber que es infértil, la mujer atraviesa algunos procedimientos invasivos que significan un esfuerzo físico, y que la llevan a la desmotivación. En el hombre, saberse responsable del problema acarrea frustración y distanciamiento del sexo ya que siente cuestionada su virilidad, incluso puede llegar a presentar disfunción eréctil", añadió.
La infertilidad es extremadamente privada e íntima y muchas veces los hombres se sienten en un terreno desconocido. Ellos adoptan el papel de contención de la pareja, la mujer es quien manifiesta lo que siente; a veces no es un tema que puedan manejar. Surgen peleas o discusiones por pensar que el otro no tiene interés en el problema, y esto también se refleja en la cama.
“La infertilidad y su influencia en la sexualidad de la pareja hoy se aborda desde la naturalidad. Se habla de manera espontánea y se tiene muy en cuenta en el momento de comenzar con los tratamientos de fertilización asistida. Hoy en día el médico debe reconocer la complejidad de la situación, diagnosticar el trastorno y realizar la derivación adecuada. Es necesario que un equipo de profesionales (integrado por ginecólogos, biólogos, andrólogos, urólogos, psiquiatras, psicólogos, sexólogos, infectólogos, genetistas, endoscopistas, entre otros) traten a la pareja de manera integral y muldisciplinaria para lograr el mejor resultado que se pueda obtener” comentó Quintana.
La clave está en rescatar la sexualidad no sólo como algo que está al servicio de la reproducción, sino como un espacio íntimo y para compartir con el otro, enfrentando el tema y las emociones que cada uno tenga. En algunos casos esta búsqueda también los fortalece, como individuos y como pareja. Es importante que el médico cumpla un rol de sostén y contención, que sea capaz de ver en sus pacientes no sólo el deseo de la concepción sino los límites emocionales que la pareja presenta, y brindarle así tiempo de recuperación y descanso cuando lo requiera la situación.