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27 de diciembre de 2024
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Obesidad, causa de hipertensión esencial
Lo aseguró Dr. John Hall, eminente investigador que se presentará en el XXII Congreso Argentino de Hipertensión Arterial. En nuestro país la obesidad aumentó más del 40% en menos de una década, y el 34% de la población es hipertensa.
24 de abril de 2015
La epidemia mundial de obesidad desatada en las últimas décadas mostraba en sus comienzos que los países más afectados eran los más industrializados. Sin embargo, ese mapa se está haciendo cada vez más homogéneo, y son muchos los países en vías de desarrollo que ya se enfrentan con este problema. En sintonía con esta tendencia, un análisis interno de un país como Argentina indica que el porcentaje de personas con sobrepeso en los centros urbanos comienza a ser similar al de regiones menos pobladas e industrializadas como son la Patagonia, el Litoral o el Noroeste (NOA).

A nivel general, y según datos de la 3° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo dados a conocer el año pasado por el Ministerio de Salud de la Nación, 6 de cada 10 argentinos tienen sobrepeso y 2 de cada 10, obesidad. Este último dato es aún más preocupante, si se tiene en cuenta que hace solo 10 años los obesos representaban el 14,6% de la población, lo que indica que en menos de 10 años esta población se incrementó en un 42,5%.

“La obesidad o ganancia excesiva de peso es la principal causa de la hipertensión esencial, y representa quizás hasta un 65 o 75 por ciento del riesgo cardiovascular”, sostiene el Dr. John Hall, médico investigador del Departamento de Fisiología y Biofísica del Centro Médico de la Universidad de Mississippi (EE.UU.), adelantando parte de lo que será su presentación en el XXII Congreso Argentino de Hipertensión Arterial, que se realizará en el hotel Sheraton de San Miguel de Tucumán ahasta el 25 de abril, organizado por la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA).

La hipertensión arterial (HTA) además de ser la causa principal de ACV, de demencias vasculares y de enfermedad renal crónica, está presente en el 80% de los casos de muerte por enfermedad cardiovascular, y afecta, según la propia encuesta del Ministerio de Salud, al 34% de los argentinos.

La mayoría de los pacientes hipertensos tienen obesidad o sobrepeso, lo que conlleva además otros factores de riesgo: “El incremento mundial de obesidad, diabetes, insuficiencia renal, alteraciones todas relacionadas entre sí, son un problema grave a nivel mundial y en nuestro país son causa del incremento de hemodiálisis y trasplantes renales, algo poco conocido a nivel de la población; y el control de la presión arterial está en el centro de esa problemática”, comenta el Dr. Alejo Grosse (MN 89855) presidente del Congreso que abarcará tanto a la clínica como a la investigación, y cuyo lema será “Normotensión: un desafío para todos”.

Grosse anunció que “el problema de la obesidad va ser tratado con dos enfoques diferentes: el fisiológico y experimental, donde participará el Dr. Hall, y el de las formas de vida ‘tóxica’”.

Según información brindada por el Dr. Hall horas antes de su llegada al país, las mencionadas cifras determinan que la Argentina ocupa el puesto 13 entre los países del mundo con mayor prevalencia de sobrepeso. Junto con los EE.UU. (en el puesto 9° con más del 74% de prevalencia), Barbados y México, son los únicos cuatro países de América que figuran entre los 20 del mundo con más sobrepeso, y por delante de los países europeos, de los cuales sólo figura Grecia. Y esto, asegura, tendrá serias consecuencias ya que, como sucede en su país, “la obesidad es el mayor desafío para la economía del sistema de salud”.

Comer mejor: beneficio seguro
“No todos los obesos son hipertensos, ni todos los que tienen peso normal tienen siempre presión normal. Pero una alimentación más sana para bajar de peso siempre ayuda a mejorar el control de la presión arterial, -asegura el Dr. Felipe Inserra(MN 41853), presidente actual de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA)-tanto en quienes son hipertensos como en los que no, y tanto en los que están medicados (porque permite obtener mejores resultados con menos medicación) como en quienes no lo necesitan. De hecho, los propios médicos “recetan” una dieta con menos grasas saturadas, menos sal, más frutas y verduras y moderada en harinas y dulces como la parte “no farmacológica” del tratamiento. A esto se le agregan pautas de ejercicio físico, indispensable para la salud en general.

“Aunque a nivel estadístico es evidente la relación entre obesidad e hipertensión, a nivel fisiológico aún no está del todo claro el mecanismo definitivo que las asocia”, explica la Dra. Mónica Díaz (MN 58523),miembro de la SAHA, quien se referirá a este tema durante el Congreso. Según esta especialista, el aumento de la presión en las personas obesas podría deberse a una reabsorción excesiva de sodio que estimula al sistema nervioso simpático o del sistema hormonal renina-angiotensina, o incluso podría deberse al impacto directo de la presión intra-abdominal sobre los riñones, que regulan la presión arterial a la vez que realizan el filtrado de la sangre.

Estas causas fisiológicas serán debatidas en profundidad en un simposio que la SAHA realizará en el marco del encuentro tucumano, en conjunto con la Universidad Nacional de Tucumán y la American Physiological Society, en el cual participará precisamente el Dr. Hall, quien tal cual apuntó la Dra. María Peral del Bruno (MP 9091), presidente del Comité Científico del Congreso, “es entre otras cosas el coautor del libro Fisiología Humana, de consulta obligada para todos los médicos y estudiantes de Medicina del mundo”.

“Como la obesidad favorece el desarrollo de hipertensión arterial, complica su evolución, dificulta el tratamiento porque se necesita mayor número de drogas o mayores dosis para controlar al paciente hipertenso-obeso y, en suma, dificulta el control de la hipertensión. Queda claro que, en todos los casos, el control de la obesidad es una herramienta muy útil para prevenir y tratar la HTA”sintetiza la Dra. Mónica Díaz.

La especialista argentina señaló además que los pacientes con obesidad e hipertensión que bajan de peso, en general, “disminuyen su presión arterial, por lo cual es muy común que deban consumir menos drogas o menores dosis de antihipertensivo”. Y que “aunque el descenso de peso no se acompañe de descenso de la presión arterial, el paciente se ve beneficiado por el hecho de alimentarse correctamente.

Con énfasis local y proyección internacional
El diagnóstico y el tratamiento de la HTA involucra a todo un pool de especialistas: cardiólogos, nefrólogos, diabetólogos, endocrinólogos, nutricionistas, enfermeros y muchos médicos generalistas y de atención primaria: “Hacía casi dos décadas que no se hacía en el NOA un congreso médico de estas características”, afirma la Dra. Peral de Bruno.