Fundación Tiempo de Vivir rinde homenaje a dos mujeres relevantes de la historia de la Oncología en el país: Helena Larroque de Roffo y la Dra. Sacerdote de Lustig. Además, la mirada de hoy de una joven médica.
En el Mes Internacional de la Mujer, Fundación Tiempo de Vivir rinde homenaje a dos mujeres que tuvieron relevancia en la historia de la Oncología en la Argentina. La doctora Guadalupe Pallotta (MN 40428), consultora en Oncología Clínica del Hospital Italiano de Buenos Aires y presidenta de Tiempo de Vivir, recuerda las trayectorias de Elena Larroque de Roffo y Dra. Sacerdote de Lustig, a quien tuvo la posibilidad de conocer.
Elena Larroque de Roffo (Entre Ríos, 1882), fundó en 1924 la Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer (LALCEC) y, un poco antes, la escuela de enfermería oncológica. Murió muy joven; no pudo estudiar Medicina, pero su vida adquirió relevancia como acompañante de la tarea de su esposo el investigador Angel Roffo, quien fundara el Instituto de Investigaciones y Medicina Experimental , en 1922,, hoy conocido como el Instituto que lleva su nombre.
La Dra. Eugenia Sacerdote de Lustig fue una investigadora de raza, quien falleció en 2011 a los 101 años . De origen italiano, por su condición de judía tuvo que abandonar su país natal, por las persecuciones durante los años de preguerra. Recaló en Argentina y desarrolló una intensa actividad en los laboratorios que permitirían desentrañar las causa y comportamiento de las células tumorales recibió honores y distinciones.
“La más simpática de esas distinciones fue un tributo a su humildad que siempre la acompaño, ya fue galardonada como pasajera ilustre y por ello viajaba gratis en la línea de colectivo que la llevaba hasta el Instituto, donde desarrollaba su trabajo, durante toda su vida”, recuerda la doctora Pallotta.
La mirada del siglo XXI
La doctora Jimena Alejandra Maur Perotti (MN 119.939) integra el equipo de la Sección Oncología Clínica del Hospital Italiano de Buenos Aires y de la Fundación Tiempo de Vivir. Como profesional joven, ella brinda su opinión de hoy: “La medicina y en particular la Oncología requiere pasión, amor, compromiso y dedicación”.
“Trabajamos con seres que buscan no solamente una cura a sus dolencias sino también la contención de sus almas y todo su núcleo familiar. Pero no somos solo oncólogas. Somos mujeres esposas, madres, hijas y amas de casa. Nuestro trabajo no tiene horario de salida, nuestro teléfono siempre está encendido, a disposición de aquellos pacientes que lo necesitan.Y esto no sería posible sin nuestras familias que nos apoyan nos acompañan, nos escuchan y nos alientan día a día para seguir”, dice la médica.