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27 de diciembre de 2024
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Por Leonardo Coscia
Dilema en salud: ¿edulcorantes sí o no?
Un estudio publicado por la revista Nature asocia su consumo al desarrollo de alteraciones metabólicas. Pero los edulcorantes representan la mejor opción para quienes padecen diabetes o tienen antecedentes familiares de esta enfermedad
19 de diciembre de 2014
Una trabajo desarrollado por un grupo israelí encabezado por el Dr. Eran Elinav, investigador del Weizmann Institute of Science de Rehovot, asoció el consumo de edulcorantes al desarrollo de ciertas alteraciones metabólicas como, por ejemplo, la intolerancia a la glucosa. Sin embargo, los especialistas exigen cautela ya que se trata de un estudio realizado en ratones.

“Necesitamos investigaciones realizadas en humanos para ser concluyentes, sobre todo porque estamos hablando de algo que es sumamente útil para las personas con diabetes que deben limitar la ingesta de azúcar”, menciona la Licenciada Silvia Juárez, Jefa del Servicio de Nutrición del Hospital Universitario Austral.

Entre los edulcorantes hay dos tipos: los nutritivos, que contienen calorías como la fructuosa de las frutas y los polioles (alcoholes de azúcar) que en moderadas cantidades pueden ser consumidos inclusive por diabéticos; y los no nutritivos que tienen ciclamatos, sacarina, aspartamo, sucralosa, acesulfamo K y neotamo, y sólo deben ser consumidos en las cantidades aprobadas y aceptadas por la Food and Drug Administration (FDA), de Estados Unidos.

“Antes de ser permitidos todos fueron estudiados y demostraron ser seguros para el consumo humano -incluyendo individuos diabéticos y mujeres embarazadas-, pero más allá de esto, hay que leer atentamente las etiquetas porque hay alimentos que contienen fructuosa, lactosa maltosa, jarabes, almíbar o maltosa, todas sustancias que aumentan las glucemias”, agrega la licenciada.

Finalmente, Juárez recomendienda evitar los edulcorantes que contienen mezcla de uno o más tipos de endulzantes y azúcar (ciclomato y azúcares; sacarina, ciclomato y azúcares; aspartamo, acelsufame y azúcares ó stevia y azúcares).

“Con respecto a los polialcoholes como el sorbitol, manitol y xilitol que también se utilizan en la industria como endulzantes, en grandes cantidades pueden producir diarreas”, completa.

La investigación

“Lo que nosotros pretendimos fue plantear un debate sobre el consumo de edulcorantes como la sacarina, el aspartamo y la sucralosa y revisar si, en vez de ayudar a controlar los riegos asociados al sobrepeso, su efecto es justo el contrario. En este sentido, el estudio puso de manifiesto una asociación entre el consumo de estos productos en diferentes dosis, formulaciones y condiciones fisiológicas y el desarrollo de intolerancia a la glucosa, una antesala que en último extremo conduce a la diabetes”, refiere en el artículo Dr. Eran Elinav.

Si bien el estudio fue realizado en ratones, los científicos dieron el salto a humanos y, en una muestra de cerca de 400 personas, comprobaron que las bacterias intestinales de quienes consumían a menudo edulcorantes eran muy diferentes de las de aquellos que no ponían a menudo sacarina en sus cafés.

Es más, los investigadores también apreciaron “una asociación similar entre el nivel de uso de edulcorantes artificiales y la susceptibilidad de sufrir un abanico de efectos metabólicos adversos”, tal como explica Elinav.

Como paso final, este equipo seleccionó a siete voluntarios que habitualmente no ingerían edulcorantes, y durante una semana les sometió a un régimen de alto consumo de sacarina (dentro de los niveles que la FDA considera seguros).

“Lo que vimos es que incluso con un consumo a tan corto plazo se producían cambios en el azúcar en sangre en un subgrupo de individuos en los que era especialmente alta la presencia de un tipo de bacterias que otras investigaciones ya han relacionado con problemas como la diabetes tipo 2”, aclara el especialista.